La decimoctava etapa de la Vuelta a España terminó con otro accidentado episodio en la línea de meta, nada que ver con la carrera, sino con un pequeño altercado protagonizado por un auxiliar del equipo Jumbo-Visma totalmente enfurecido que tuvo que ser reducido por tres agentes de policía.

Los hechos ocurrieron tras la victoria de Remco Evenepoel, cuando varios agentes de policía, en el intento de despejar el camino a los participantes de la etapa, derribaron a un integrante del equipo líder de la general.

Rápidamente, el auxiliar se revolvió con violencia, propinando patadas desde el suelo a los tres agentes que se encargaron de reducirlo en el suelo. El auxiliar, fuera de sí, hizo caso omiso de las indicaciones de los agentes y de otro de los responsables del equipo, lo que llevó a los guardias a aplicarse en su labor.

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Una vez contenido, el auxiliar tan solo recibió una advertencia verbal de los agentes antes de que Jonas Vingegaard se acercara para preguntarle por lo acontecido.