El Gran Premio de Países Bajos 2023 ha sido de lejos el mejor de la presente temporada, tanto para aficionados como para pilotos. La locura que se vivió durante las 72 vueltas disputadas en Zandvoort ofreció un espectáculo cada vez menos frecuente en la Fórmula 1 moderna, y por ello no se queda en ser el mejor del año: es serio candidato a ser considerado entre las mejores carreras de la historia de la Fórmula 1.

Sí, se trata de una afirmación tan temeraria como subjetiva, y más teniendo en cuenta la historia casi centenaria de un deporte del que se tienen registros desde 1950, pero cuyo espíritu nació a finales del siglo XIX. Sin embargo, la emoción y la adrenalina que transmitió la carrera fueron fruto de lo que sucedió en la pista, que no fue poco ni mucho menos y permite a este GP presentar credenciales para entrar en esa conversación.

Barriendo para casa, en Zandvoort se pudo ver probablemente una de las cinco mejores salidas de Fernando Alonso en toda su carrera, que se dice pronto; su primera vuelta rápida desde 2017 para igualar las 24 de Nikki Lauda; y una exhibición bajo la lluvia y en condiciones cambiantes que quedó para la posteridad y le dejó a un solo podio de empatar a Alain Prost (106) en el top cinco de pilotos con más podios. 

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Solo por esa 'master class' del asturiano, el Gran Premio ya merece la pena, aunque también le sirviese para romper otra marca más. Alonso, quedando segundo en Zandvoort, logró ampliar la mayor distancia en años entre el primer y el último podio de un piloto. El primero fue en el Gran Premio de Malasia de 2003, y 20 años después (7.462 días) ahí sigue el bicampeón del mundo en lo más alto, compitiendo con los mejores.

Además, hablando de récords individuales, Max Verstappen continuó haciendo historia por su cuenta. El amo, dueño y señor del Mundial también lo fue en casa, aunque sufrió para mantenerse primero con un Alonso ávido de victorias detrás. Aun así, volvió a ganar e igualó el récord de victorias seguidas en un solo campeonato (9) en poder hasta el domingo de Sebastian Vettel, al que pretende superar con Red Bull.

Más allá de eso hubo acción de la buena sobre la pista, tanta que fue casi imposible seguir lo que estaba sucediendo en momentos concretos. Caos absoluto bajo una lluvia que iba y venía, complicando la vida de mecánicos e ingenieros en el pit lane en la infinidad de paradas que hubo, y de los pilotos sobre el asfalto. Ni la bandera roja pudo apagar el espíritu de los pilotos, y así, en Zandvoort se batió uno de los récords más impresionantes de la categoría, el de adelantamientos.

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Fueron 186 en total los adelantamientos que se vivieron en la carrera del pasado domingo, superando la anterior marca de 161 registrada en el Gran Premio de China de 2016. En condiciones mojadas, para demostrar que la cifra no es engañosa debido a constante baile en boxes, el récord lo tenía el Gran Premio de Brasil de 2012, otro de los candidatos a mejor carrera de la historia sin atisbo de duda, con 147.

Una cantidad absurda de adelantamientos que tuvo mucho que ver con la lluvia, las paradas, y los fallos de pilotaje. Por eso no extraña que esté liderada por Fernando Alonso y Lewis Hamilton. El asturiano porque realizó un adelantamiento doble por donde parecía imposible, el interior de la curva 3, pasó también a Norris y Sainz, y puso en apuros por momentos a Verstappen; y el inglés porque ascendió de la decimotercera plaza a la sexta luchando contra los elementos.

Buena parte de toda esa vorágine de adelantamientos, curiosamente, se produjo en los primeros giros de la prueba. La lluvia apenas permitió arrancar en seco y bañó por completo el asfalto neerlandés, por lo que para la vuelta 3, la carrera estaba patas arriba. Unos entraban a montar neumáticos de lluvia; otros preferían aguantar, y entre unos y otros lograron batir otra marca histórica, la de más adelantamientos en una sola vuelta.

Fueron 63 adelantamientos los vividos durante esa vuelta tres, pulverizando los 45 registrados en la segunda vuelta del Gran Premio de Europa de 2007. Una cantidad abrumadora de pasadas entre pilotos que será complicado volver a superar, y que certifica la de Zandvoort como una de las mejores carreras de la Historia. Por drama, por emoción, por récords y por espectáculo, simplemente una de las mejores.