Cinco caídas seguidas y una lesión para que no se olvidara de sus peores pesadillas durante las vacaciones fueron los 'premios' de Marc Márquez la última vez que se subió a la su Honda en el GP de Alemania. Ahora, más de un mes después, llega del parón estival "renovado" y con muchas ganas de "ver el trabajo hecho en Honda" durante el descanso del Mundial de MotoGP.

"Hemos disfrutado de unas importantes vacaciones de verano, una oportunidad para resetear y recuperarnos tras un exigente inicio de año", dijo el ocho veces campeón mundial antes de afrontar un nuevo fin de semana para el que llega más que preparado.

"Desde el punto de vista físico y mental, vuelvo a la pista renovado y listo para trabajar", incidió para dejar atrás los enfados mostrados con su equipo tras un inicio de año para el olvido. Y así, aseguró que está "deseando ver a todo el equipo Repsol Honda… y entender el trabajo que se ha hecho durante el parón".

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Eso sí, parece que el piloto de Cervera está dispuesto a controlarse para no sufrir más las consecuencias del prototipo fallido con el que ha tenido que afrontar la primera parte de la temporada. "Lo más importante es volver a subirme a la moto, trabajar de nuevo e intentar mejorar lo que ha sido la primera mitad del año", sentenció, consciente del amplio camino que debe recorrer para volver a su mejor versión, si es que la moto se lo permite.

Los datos están ahí: 14 caídas, y 0 puntos en los domingos de carrera en los que ha participado. El catalán no ha terminado ninguna carrera de este Mundial hasta el momento y reconoció estar viviendo los peores momentos de su trayectoria profesional. "Quitando la lesión, este es el peor momento de mi carrera deportiva", zanjó antes de retirarse de la carrera en el circuito de Assen.