Max Verstappen sumó en Hungría su octava victoria consecutiva, novena esta temporada, en otro fin de semana dominado por Red Bull con los dos coches en un podio de nuevo compartido con Lando Norris (segundo), la revelación de la temporada. Tampoco fue bueno este fin de semana para los españoles, sin opción alguna de acercarse al cajón.

El Gran Premio de Hungría arrancó muy caliente, con chispas saltando desde los primeros metros de la larga recta hasta la primera curva. Hamilton no pudo aguantar la pole ante Verstappen, a los que se unieron los dos McLaren para dejar al siete veces campeón mundial en la cuarta posición. Por detrás, Alonso ganó una sola plaza, y fue adelantado por un Sainz que subió de la undécima a la sexta para ponerse justo delante de su compatriota.

Tras un inicio también marcado por una escabechina en la parte trasera que acabó con los dos Alpine retirados en la primera vuelta, empezó un momento de gestión de neumáticos. Los diez primeros salieron con medios, y no querían cambiar el plan inicial de las dos paradas previstas en un asfalto ardiendo a 48 grados.

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Pero ahí apareció la opción de Sainz, pues al salir con blandos pensando en los tres cambios de neumático tenía que tirar al máximo antes del inicio del carrusel de paradas. La lógica apuntaba a que Leclerc, con medios, dejara pasar al español, pero está claro quién es el número uno para Ferrari.

Las posiciones no cambiaron hasta la llegada de las paradas, cuando la carrera se convirtió en un caos. Sainz paró antes que Leclerc, y el monegasco perdió muchísimas posiciones al quedarse atascado en el pit lane, mal de nuevo Ferrari en la estrategia. Más adelante, Norris tiró el undercut a Piastri -pronto empieza la polémica en la escudería color papaya- y Verstappen esperó hasta el final en otro paso por boxes récord con el que no perdió posiciones. 

En ese batiburrillo de estrategias también jugaron un papel clave Hamilton, muy fino eligiendo los momentos para apretar, y Checo, que en silencio se acercó hasta la segunda posición. Ya a mitad de carrera las cosas pintaban buen bien para los superdominadores Red Bull.

El orden se mantuvo de manera relativa hasta la segunda parada, con vuelta a los medios de casi todos, a excepción de Ferrari. La Scudería volvió a convertirse en el foco, pues no titubearon en facilitar el undercut sobre Sainz ante la atónita mirada de este, aunque una sanción por exceso de velocidad al monegasco daba opciones al madrileño hasta el final.

La lucha arriba estaba entre los Red Bull y los McLaren. La escudería austriaca quería doblete en el podio, pero el paso adelante de Norris y Piastri ha empezado a poner las cosas más complicadas al mexicano, pues Verstappen no tuvo dificultades para mantenerse a más de medio minuto de Norris hasta la bandera a cuadros.

Eso sí, con el paso de las vueltas tanto los McLaren como los Ferrari empezaron a sufrir más de la cuenta. Y mientras Piastri perdía toda opción de podio y Norris apretaba los dientes para aguantar el ritmo de Checo, los Ferrari asistían sin opción a remediarlo al adelantamiento de Russell. El piloto inglés de Mercedes adelantó a Carlos y se benefició de la sanción al monegasco para terminar sexto. A siete décimas del adelantamiento por la sanción se quedó Sainz (octavo).

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Sin novedades para Alonso, noveno y sin ritmo para soñar con escalar puestos, toda la atención se centró en el paseillo triunfal de Verstappen. El neerlandés volvió a ver la bandera a cuadros sin sobresaltos, es la octava vez consecutiva que lo logra, y la novena en todo el Mundial. Tiene el título en la mano, a no ser que el paso de McLaren pueda complicarles las cosas en las próximas carreras.