Continua el drama en el fútbol argentino. Si el pasado sábado un jugador agredió a un árbitro de forma brutal durante un partido amateur, la situación ha empeorado aún más después de que el mismo agresor se haya quitado la vida este pasado lunes.

Se trataba de Williams Alexander Tapón, jugador de fútbol sala de 24 años, que se habría suicidado este lunes en Buenos Aires después de que se hicieran virales las imágenes de la agresión al colegiado Cristian Ariel Paniagua, aunque no han trascendido más detalles sobre la tragedia.

El colegiado le había mostrado una tarjeta amarilla a un jugador que reaccionó de forma violenta e insultándole, lo que desembocó en su expulsión. Tapón, compañero de equipo del expulsado, se descontroló y le dio dos puñetazos al colegiado, más otra patada en la nuca que le dejó inmóvil estando ya tirado en el suelo.

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El árbitro denunció penalmente al jugador por "homicidio agravado por alevosía en grado de tentativa", apoyado por las imágenes de la agresión, que corrieron como la pólvora y levantaron todo tipo de críticas, con insultos y descalificaciones personales incluidas hacia Tapón, afectado por lo sucedido hasta el punto de tomar la drástica decisión de suicidarse.

Según denuncia la familia del jugador, ese escarnio público y la presión de los medios habrían sido el motivo del suicidio del joven. Según el diario Olé, poco antes de suicidarse envió un mensaje a su familia en el que parecía despedirse: "Hasta aquí he llegado". También aseguran que el árbitro le exigió 300.000 pesos argentinos (unos 1.000 euros) a cambio de retirar la denuncia, pero él niega que le extorsionara.