El terrible relato de las futbolistas del Alhama: "Estás tan gorda que no puedes ni hacer el amor"

Varias jugadoras del Alhama durante un partido de la Liga F; y el entrenador, Randri García.
Varias jugadoras del Alhama durante un partido de la Liga F; y el entrenador, Randri García.
Getty Images / ALHAMA EL POZO
Varias jugadoras del Alhama durante un partido de la Liga F; y el entrenador, Randri García.

El trato vejatorio del entrenador del Alhama, Randri García, sobre sus jugadoras conmocionó al mundo el pasado mes de abril. El club salió al paso rápidamente para desmentirlo y apoyar al técnico, y toda la plantilla, a excepción de cinco jugadoras, emitió un comunicado negando los hechos. Sin embargo, la Inspección de Trabajo de la Seguridad Social (ITSS) confirmó este miércoles "un comportamiento inadecuado que ha afectado a la dignidad de la mayoría de las jugadoras (68%)". Y un día después, dos futbolistas han roto su silencio.

Andrea Carid y Érica Alba Sastre han narrado ahora su experiencia a las órdenes del entrenador en el conjunto murciano. "Empiezas a dudar de ti", explica la centrocampista, de baja laboral por vivido. Y añade que "utiliza tus debilidades para que tú no te rebeles, o para que entiendas que es tu culpa el sentirte así", informa el diario El Periódico.

"Ha llamado a compañeras gordas, de manera indiscriminada", asegura la defensora, algo que se repetía frecuentemente. "Era raro la semana que no hubiese un comentario acerca del físico, un comentario acerca de lo que comes o dejas de comer", detalla, e incide en que la presión era tal que "hemos dejado de publicar cosas en Instagram porque te perseguía en redes sociales". Las preguntas iban desde el lugar en el que se encontraban hasta lo que comía: "¿Es que tú no ves que con lo gorda que estás no puedes permitirte comer eso?", asegura que les decía.

Algunos de los mensajes que transmitía el entrenador iban incluso más allá y eran "de tipo político, de carácter homófobo, misóginos y racistas", relata también Érica. "Estás tan gorda que no puedes ni hacer el amor. Me decía que yo tenía entre las piernas una picha más grande que la suya. Que era tan fea que no sabía cómo las mujeres se fijaban en mí", recuerda.

Además, la defensora también ha revelado un episodio por el que está de baja desde el pasado 3 de abril. "Ellos querían echarme porque sabían que me habían hecho el contrato mal y que ese año contaba con un abogado", ha contextualizado. Ese día, interrumpió una conversación entre Randri García y una joven jugadora —menor de edad— a la que no habían dejado ir a la concentración con la selección española, lo que provocó la ira de la directora deportiva, esposa del entrenador. Poco después de arrancar el entrenamiento, el técnico le pidió que se marchara.

"Mientras estaba hablando con el sindicato vino Tamara [directora deportiva] con la fisio, que estaba cortando una botella pequeña, quitándole el culo. Me encerraron en el vestuario y me dijeron que de ahí no salía hasta que no hiciera pipí en la botella. Me obligaron a beberme cinco botellas de agua. Ahí sentada, no me dejaban levantarme, no me dejaban hacer nada", narra. 

Poco después pidió la baja médica y empezó un proceso psicológico junto a profesionales, pues seguía residiendo en la ciudad y "tenía pesadillas, no dormía y me despertaba muchas veces de madrugada". Además, "tenía miedo" hasta de ir al supermercado, "por si me encontraba a alguien", algo que ocurrió una vez en el banco, donde se topó con la madre del entrenador. "Se puso a decirme cosas" y, "a raíz de todo, le he cogido miedo a estar encerrada, a subirme a los ascensores", afirma.

"El que manda es el padre, el presidente, la mujer es la directora deportiva, la madre también tiene un cargo, y él es el entrenador. ¿A quién acudes a decirle que está pasando esto?", explica la jugadora, que junto a su compañera asegura que este tipo de situaciones se han producido durante años.

Su reacción al comunicado de la plantilla

"Lo que siento al pensar en volver al vestuario del Alhama, que lo fue todo para mí, es miedo y ansiedad", señala Andrea Carid, que no culpa a sus compañeras por el comunicado apoyando a García. "Son tan víctimas como nosotras", apunta, a pesar de reconocer que se sintió "desprotegida", en un "entorno hostil" y "poco apoyada". "El foco es el acosador y así debería haber sido desde el principio", matiza, pidiendo alejarlo de las jugadoras.

La centrocampista explica que su objetivo es "dar visibilidad a algo que desgraciadamente sigue ocurriendo en el mundo del fútbol", puesto que "me gustaría que lo mal que lo he pasado y las consecuencias que sigue teniendo para mí, no le ocurran a nadie más". 

"Aguantas porque lo normalizas y porque tú también quieres tener un futuro en el mundo del fútbol", señala, recordando algunos de los comentarios que le hacía el técnico: "No vas a triunfar en otro equipo si no es aquí; yo te he descubierto aquí y, si te vas a otro lado, no vas a rendir igual; estás aquí gracias a mí". Y todas esas palabras llevaron a pensar que "igual es verdad".

La Inspección de Trabajo de la Seguridad Social (ITSS), que reconoce que "existe un ambiente laboral hostil producido por comentarios inadecuados, despectivos, humillantes lo que conlleva el haber creado un entorno laboral degradante u ofensivo", ha sido un alivio para ellas. "Siento alivio. Tengo la sensación de que me creen, de que no me lo estaba imaginando", confiesa, aunque reconoce que "el mal ya está hecho".

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