La terrible condena que le puede caer a un surfista en Indonesia: 40 latigazos en público, 5 años de cárcel y el sacrificio de una cabra

El surfista australiano Bodhi Mani Risby-Jones.
El surfista australiano Bodhi Mani Risby-Jones.
El surfista australiano Bodhi Mani Risby-Jones.

El surfista Bodhi Mani Risby-Jones, de 23 años y procedente de Queensland (Australia), ha vivido un controvertido episodio en la isla de Simeulue, en Aceh (Indonesia), que el puede acarrear importantes castigos.

El joven se encontraba en esa región en la que está vigente la Ley Sharia, que prohíbe beber alcohol, la homosexualidad, el adulterio o los juegos de azar. Sin embargo, Bodhi, según los testigos, salió de su habitación de hotel "desnudo y borracho" y agrediendo a cualquiera que se le cruzara, entre ellos el guardia de seguridad.

Además, presuntamente tiró a un pescador de su moto y le arrojó el vehículo encima, lo que provocó que al señor le tuviesen que poner 50 puntos de sutura en el pie, motivo por el que la familia le pide 60.000 dólares australianos, es decir, 35.000 euros. 

Finalmente el surfista fue reducido por un grupo de locales que, como castigo, intentaron incendiar el complejo hotelero donde se alojaba, tal y como ha explicado el jefe local de la policía de Simeulue en una rueda de prensa en la que estuvo acompañado por el infractor.

A todos esos incidentes se une un importante agravante. Iba borracho y, por tanto, estaba incumpliendo con la ley islámica, a pesar de que él ha intentado defenderse de ello diciendo que tan solo se había tomado un chupito de Vodka mientras estaba en la piscina. Sin embargo, el responsable del complejo lo atribuye a una "insolación" y a la "depresión" que tuvo por haber perdido un vuelo.

Tras lo ocurrido, puede enfrentarse a una detención de 20 días bajo custodia y podrá elegir si se le  juzga con la ley islámica o con la ley tradicional. Con esta podrían caerle 5 años de prisión, mientras que con la primera recibiría 40 latigazos en público y dos años y medio de prisión. Además, el resort deberá proporcionar una cabra para que sea sacrificada por los aldeanos, tal y como manda la tradición local. 

Ante esos hechos, desde la familia del joven han afirmado sentirse "avergonzados por su comportamiento" y él ha lamentado esa vergüenza que les ha "causado a los australianos en el extranjero", así como ha pedido perdón a la sociedad de Indonesia "por faltarle al respeto a su cultura y sus leyes".

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