La UCI escucha a las deportistas y reabre el debate sobre su política trans después del triunfo de Killips

Norbert Riberolle, Denise Betsema y Austin Killips en el podio.
Norbert Riberolle, Denise Betsema y Austin Killips en el podio.
BELGA MAG/AFP via Getty Images
Norbert Riberolle, Denise Betsema y Austin Killips en el podio.

El Comité Olímpico Internacional dio luz verde a las diferentes federaciones deportivas para que decidiesen sobre la participación de las mujeres transgénero en sus competiciones. La Unión Ciclista Internacional había optado por permitir su presencia en pruebas femeninas, lo que ahora parece poner en entredicho.

Tras la victoria de la ciclista trans Austin Killips en la prueba femenina del Tour de Gila, el organismo rector del ciclismo ha accedido a reabrir el debate y valorar un cambio en su política transgénero.

Las deportistas han tachado esa política de instar a la competencia desleal, como es el caso de Inga Thompson, tres veces olímpica, que afirmó que se estaba "matando el ciclismo femenino" o Alison Sydor, que confesó que para ella "funcionalmente no era diferente al dopaje".

Esta decisión podría tomar el rumbo de otras federaciones internacionales, como World Athletics o World Rugby, que desde un principio prohibieron la participación de las mujeres transgénero basándose en estudios que aseguraban que tenían ventajas físicas significativas.

"El objetivo de la UCI sigue siendo el mismo: tomar en consideración, en el contexto de la evolución de nuestra sociedad, el deseo de los deportistas transgénero de practicar ciclismo", ha comunicado desde la UCI este jueves, además de asegurar que "también escucha las voces de las ciclistas y sus preocupaciones sobre la igualdad de condiciones para las competidoras, y tendrá en cuenta todos los elementos, incluida la evolución del conocimiento científico".

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