Fernando Alonso se ha convertido en el protagonista del gran arranque de temporada de la escudería Aston Martin. El piloto español parece haber dado por fin con la clave a la hora de escoger equipo tras casi una década de monoplazas decepcionantes, pero lo cierto es que el rápido éxito del AMR23 surge, como él mismo ha desvelado, gracias a su trabajo de anticipación meses antes de abandonar Alpine.

El equipo de Silvertone ha tardado tan solo tres meses en pasar de la séptima posición del mundial de constructores a la segunda, un avance en el que tuvo mucho que ver la agudeza de observación de Fernando. "Estudié las preocupaciones de Daniel Ricciardo cuando dejó Red Bull por Renault. Estaba preparado para ello, porque también lo había vivido en Alpine. Así que, en cuanto llegué a Aston, me anticipé al problema", confesó en una entrevista con el diario L'Equipe.

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"Les hablé de mi estilo de conducción, del sistema de asistencia, de la columna de dirección. Trabajamos juntos en algunas ideas y a primeros de enero ya estaba en el simulador o en la fábrica preparándome", confesó resaltando el trabajo previo realizado antes de su salida de Alpine.  "Hicieron un gran trabajo, sobre todo cuando el coche tiene una buena aerodinámica, sea cual sea el feedback técnico, lo agradezco. Con un coche así puedo lograr buenos tiempos", sentenció al respecto.

Eso sí, el español no se olvidó tampoco del otro factor, la gran inversión del hombre que sostiene este proyecto, Lawrence Stroll -propietario de Aston Martin- que le ha 'regalado' a Alonso la oportunidad de aterrizar en un equipo que describió como una "máquina ganadora".

Pensé que tendría un coche competitivo en uno o dos años

Alonso vuelve a sonreír, como hizo durante gran parte de la entrevista con el medio francés, y es que, según sus propias palabras, el fichaje por Aston Martin es "muy probablemente" el mejor fichaje de su carrera. "Cuando llegué a Aston, pensé que tendría un coche competitivo en uno o dos años, pero en seis meses estamos ahí, es genial", celebró.