Exhibición de Chukwueze y remontada del Villarreal en el Bernabéu ante un Madrid con la cabeza en la Champions

Samuel Chukwueze celebra un gol ante el Real Madrid en el Bernabéu.
Samuel Chukwueze celebra un gol ante el Real Madrid en el Bernabéu.
EFE
Samuel Chukwueze celebra un gol ante el Real Madrid en el Bernabéu.

Partidazo en el Santiago Bernabéu que se salda con victoria visitante, la del Villarreal, después de aplicarle al Real Madrid su propia medicina en su propio campo: la de las remontadas. 2-3 para el 'Submarino Amarillo', vital para sus aspiraciones europeas, que sufrió cuando el conjunto blanco quiso jugar, sólo a ratos, pero se vio espoleado por un Samu Chukwueze que este año ya ha comenzado a confirmarse como un jugador de momentos importantes.

Su gol por la escuadra, el de la victoria para los groguets, sirvió para remontar un partido en el que empezaron perdiendo los de Quique Setién por un autogol de Pau Torres provocado por la picardía de Asensio. Pero el nigeriano ya había aparecido antes, para empatar el partido (1-1) antes del descanso. Le respondió Vinícius al comienzo de la segunda mitad con otro golazo que no sirvió de mucho pese a que el Madrid no dejó en todo el partido de buscar el gol.

El que lo encontró no fue otro que Morales, cuyo tanto sirvió para iniciar la remontada que terminaría sellando Chukwueze, que le ganó la partida al '20' madridista por ser el mejor jugador del partido y se llevó el premio al MVP del choque. 

Haber hecho los deberes, con atracón incluido, en el Camp Nou, dejó a la plantilla blanca con la mente puesta en Champions. También a Ancelotti, que alineó un once de rotaciones, plagado de jugadores menos habituales. El enésimo tropezón del Real Madrid en el campeonato nacional a manos del Villarreal no es que le aleje aún más de LaLiga, sino que alimenta las esperanzas del Atlético de Madrid, que se acerca peligrosamente a la segunda plaza.

Así pues, el único dispuesto a seguir luchando contra viento y marea ante el Submarino Amarillo fue Vinícius. El único capaz de intentarlo todo, con ganas de crear el caos, y echándose el equipo a la espalda en todo momento. Su gol, dejando sentados a cinco rivales y con caño incluido antes de la definición, debería exponerse en museos.

No fue la única obra de arte que dejó, pues el tanto llegó precedido de una 'espaldinha' de otro planeta marca de la casa. Aún así, no fue suficiente para arrastrar a sus compañeros y arrebatarle los focos a Chukwueze, que, como el futbolista blanco, demostró que ha mejorado una barbaridad en su punto débil, la definición, resolviendo sus dos tantos de forma asombrosa y espectacular.

El 2-3 fue un mazazo para jugadores y afición, y ambos parecieron asumir la derrota sin otorgarle excesiva importancia, pensando ya en la ida de los cuartos de final de la Liga de Campeones ante el Chelsea. Para ello parecía estar ensayando ya el conjunto blanco, que se encontró un escenario perfecto para lo que puede estar por venirle: en desventaja, con poco tiempo por delante, inició un asedio a la portería de Pepe Reina que esta vez no dio sus frutos.

Nada demerita la victoria del Villarreal, eso sí, que ha superado con éxito las dudas de la llegada de Setién al banquillo. Ahora Europa parece más cercana que nunca para los groguets, aunque queda mucho trabajo por delante. Para el Madrid fue un trámite más en una Liga que tenía perdida antes de esta derrota, y ni siquiera se acordará mañana de lo sucedido hoy, pues sólo tienen una cosa entre ceja y ceja: ganar un doblete (Champions-Copa) que ya logró Ancelotti en su primera temporada como técnico en la 'casa blanca'.

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