Aston Martin ha demostrado desde el arranque del Mundial 2023 de Fórmula 1 que son serios candidatos a todo. Ya son la segunda mejor escudería por tiempos, ritmos y sensaciones, aunque Stroll tuviese un problema en el sistema de recuperación de energía en Jeddah que le hizo abandonar. Empatan a 38 con Mercedes en esa segunda plaza de constructores, pero el AMR23 en manos de Fernando Alonso está a otro nivel. Para todos, menos para los dos Red Bull.

Se pudo apreciar perfectamente en Baréin, y el Gran Premio de Arabia Saudí sólo vino a confirmar lo mismo: Red Bull es imparable. Imparable, pero no infalible, como demostró la avería de Max Verstappen en la Q2 en Jeddah. Y mientras Aston Martin parece redujo más de lo esperado esa distancia sideral con los monoplazas austríacos de un Gran Premio para otro, el propio Alonso sigue pensando que necesita algo más para ganar. 

Ya ha llegado a 100 podios, y es el mejor hombre de la parrilla después de los Red Bull. Sin embargo, está por ahora tan lejos como el resto de arrebatarles una victoria, de sumar la '33'. "Necesitamos algo de ayuda por su parte, pero acabará ocurriendo cuando no puedan acabar siempre primero y segundo", vaticina el bicampeón del mundo.

Así responde a los comentarios de Verstappen sobre el potencial de Aston Martin, de quienes afirmó que ganarán seguro este año un Gran Premio. El asturiano no quiere pecar de optimista, aunque sabe que 'Mad Max' está deseando medirse a él en igualdad de condiciones, y que la escudería británica cuenta con una diferencia sustancial en tiempo de túnel de viento y límite presupuestario para la temporada. El AMR23 es el coche con mayor margen de mejora de toda la parrilla.

Por eso, su misión por el momento es minimizar daños, sumar puntos de forma consistente para no perderles la pista en la general del Mundial. A partir de ahí, en la F1 todo puede pasar, y Fernando lo sabe: "Un día puede ser una parada en boxes, otro día una caja de cambios... Max lo tuvo en clasificación, y si lo hubiera tenido en carrera habría tenido que retirar el coche".

El fallo en el eje de transmisión del lado derecho del RB19 del vigente campeón mundial en aquella clasificación fue el rayo de esperanza que necesitaba Aston Martin para no bajar los brazos, para seguir empujando. Ellos no están exentos de problemas, con el abandono de Stroll y los problemas de motor de Alonso en la recta final de la carrera en Jeddah, pero eso quiere decir que los problemas de fiabilidad están ahí para todos.

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"Habrá algunos circuitos en los que quizá la fiabilidad o lo que sea pueda ayudarnos y esperemos que en esas carreras aprovechemos la oportunidad" añade el asturiano, dispuesto a pescar en río revuelto en cuánto se le presente la ocasión. Además, en Red Bull amenaza el ambiente una más que posible batalla interna entre el niño 'mimado' Verstappen y el rebelde 'Checo' Pérez, consciente de que su propio equipo prefiere a su compañero, y cada vez más rival.

Una guerra civil que, unida a la mejoría del AMR23 y de Aston Martin como equipo al completo y a ese componente aleatorio de la suerte, puede aumentar las posibilidades de la marca residente en Silverstone sustancialmente. "Ya estamos un poco más cerca. En Bahrein estaban, si apretasen, muy por delante. Aquí estaban por delante. Eran intocables, está claro, pero un poco más cerca", detalla el piloto español.

"Estuvo muy bien. Lideramos la carrera, después de salir mejor que Pérez, así que tenemos la primera imagen de Aston Martin liderando la Fórmula 1 durante dos vueltas. Esperemos que no sea la última", sentencia Alonso, convencido de que hay más verdad en sus palabras de la que aún conocemos. Sin duda, Aston Martin apunta alto, y Fernando no piensa descansar hasta regresar a lo más alto del podio.