Piqué se muestra ambiguo sobre el 'caso Negreira': "Hay que enseñar el porqué de las cosas"

El exfutbolista Gerard Piqué.
El exfutbolista Gerard Piqué.
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El exfutbolista Gerard Piqué.

Gerard Piqué, aunque ya no se dedique profesionalmente a jugar al fútbol, siempre será una figura polarizante, perpetuamente en el ojo del huracán. Ya sea como ex jugador del Barcelona, como empresario y dueño de la empresa Kosmos, como futurible a la presidencia del Barça o como ex pareja de Shakira, siempre da que hablar. Y eso es lo que ha hecho, hablar de todo sin tapujos, en una entrevista concedida a 'El País'.

El responsable de la Kings League aprovechó la distancia que le ha otorgado el retiro para abordar sin cortapisas la actualidad del club azulgrana, el club de su vida y de su corazón, envuelto ahora en el lío judicial con Enríquez Negreira, la supuesta compra de árbitros, además de aclarar también su colaboración con la RFEF para llevar la Supercopa de España a Arabia Saudí.

"A los jugadores no nos pasaban nada. Yo nunca pedía nada. Otros sé que pedían informes del contrario y quizá alguno lo hiciera de los árbitros. Ni idea. A nivel grupal, desde luego, no recibíamos nada" ha querido dejar claro nada más entrar en el tema del 'caso Negreira'. 

Sin duda, la actualidad del club azulgrana no puede desligarse este escándalo, aunque Piqué reconoce que él nunca tuvo constancia o acceso a esos supuestos informes arbitrales que el conjunto culé pagó a precio de oro al por entonces vicepresidente del CTA (Comité Técnico de Árbitros).

"Es un tema que da para conspiraciones y portadas de periódicos. De eso vive el país. Creo que hay que enseñar el porqué de las cosas", añadió sobre el tema un Piqué especialmente crítico, que en muchas ocasiones disfrutó de hacer eso mismo, acusar y conspirar, cuando hablaba sobre el Real Madrid y "los hilos del Bernabéu". 

El exfutbolista cree que todo lo que rodea al Barça y a Enríquez Negreira está sirviendo para dar mucho que hablar, que es lo que se busca con algo así, alimentando de soslayo la teoría victimista de la persecución contra el Barça de Joan Laporta.

Otro de los temas en los que la figura de Piqué ha estado más en entredicho en los últimos tiempos es el del contrato entre la RFEF, Arabia Saudí y Kosmos, su empresa, para llevar la Supercopa de España al país árabe. Este tema ha provocado mucho revuelo e incluso la jueza que investiga las presuntas irregularidades en este acuerdo pidió hace algunos días a Piqué el contrato con la RFEF de Rubiales para llevar la Supercopa a Arabia Saudí. 

"Es de las mejores operaciones de la historia de la Federación y estoy muy orgulloso", admite sin tapujos el empresario catalán, que medió en el pacto entre RFEF y Arabia Saudí de forma poco ética para la opinión pública. Siendo jugador en activo todavía en el Barça, acordó que la RFEF y su propia empresa ganarían más dinero siempre que el club azulgrana participase en el torneo, lo que podría conducir a 'favores' deportivos al Barça que beneficiasen a todas las partes. 

Su enemistad con Javier Tebas y con la Liga también es evidente, y se ha potenciado en los últimos tiempos, desde que dejó el fútbol en activo. Por eso, cuando escucha sobre las comparaciones entre el campeonato doméstico de España y de Inglaterra, Piqué lo tiene claro. Para él, la Liga española está por detrás: "La Liga ya no lucha con la Premier por mucho que quiera".

Otro de los puntos calientes de la entrevista, sobre todo teniendo en cuenta las condiciones de su retiro y su sueño de dirigir al Barça, es su relación con Laporta, que ahora es buena aunque haya existido tensión: "Con Joan siempre he tenido una muy buena relación desde 2008. Siempre nos lo hemos dicho todo a la cara. Ha habido momentos de tensión como con cualquier relación larga y de confianza. Estamos como siempre, aunque cuando un jugador se retira hay conversaciones difíciles en las que te dices las cosas, es obvio. Pasa con amigos, con compañeros de trabajo, con familiares..."

Por eso, reconoce también sobre su retirada que no tuvo nada que ver con problemas con el club o el vestuario, y que la provocó su falta de ilusión: "Llevaba muchos años y cada vez me costaba ir a según qué campos. Si me ponían el partido a las 16.00 tras comer y con sol... me costaba. Hay que ser honesto. No tenía la ilusión, necesitaba nuevos retos y veía que en el equipo no tenía la importancia de antes. No lo pasaba bien. Tomé la decisión acertada".

Finalmente, aunque prefiere aparcar temas más personales, su separación de Shakira y toda la polémica que ha salido en los medios también salió a colación. Le ha afectado, pero afirma que seguirá siendo él mismo: "El día que muera, miraré atrás y espero haber hecho siempre lo que he querido. Quiero ser fiel a mí mismo. No me voy a gastar pasta en limpiar mi imagen. La gente que me preocupa y la que quiero es la que me conoce".

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