Necesitaba una pequeña alegría copera el Sevilla para olvidar su mal momento en la Copa, y la consiguió, aunque no sin sufrimiento, ante un Alavés que puso las cosas muy difíciles y que estuvo cerca de mandar el partido a la prórroga en los minutos finales. No lo logró y el gol de Rakitic clasificó a los de Sampaoli para los cuartos de final.

En Mendizorroza, el equipo local presentó mucha batalla ante un rival poco reconocible en los primeros instantes y que demostró que sigue sin andar fino. Con alternancia de dominio de uno y otro, la primera parte dejó una igualdad máxima sobre el terreno de juego, con ocasiones para los dos conjuntos.

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Aunque Jason amenazó a los pocos segundos de comenzar con un disparo lejano que se marchó fuera por poco, fue Luis Rioja el que más cerca estuvo de conseguir el gol, de no ser por una mano salvadora de Dmitrovic cumplida la media hora de juego. Los sevillistas, con solo un disparo alto de Lamela desde la frontal como escaso bagaje, tuvieron más acercamientos al área aunque no terminaron de concretar.

Con todo por decidir, Jorge Sampaoli trató de agitar el partido tras la reanudación, dando entrada a Fernando y Jesús Navas por Gudelj y Suso y la jugada no le pudo salir mejor al entrenador argentino, pues fue precisamente el ahora lateral de Los Palacios el que recogió una gran jugada colectiva para poner un centro medido al corazón del área, desde donde Rakitic de cabeza puso el 0-1.

A partir de ahí, el Sevilla, algo más cómodo sobre el campo, pudo controlar el juego para esperar replegado y hacer daño al Alavés a la contra. Con un ritmo de balón más bajo, el cuadro hispalense apenas concedió hasta el tramo final del partido, donde sufrió dos grandes sustos: un disparo de Jason al que respondió Dmitrovic y un remate de Salva Sevilla que no encontró la portería por poco.