OPINIÓN

Qatar: todos contra todos

Francia - Inglaterra.
Imagen del partido de Francia contra Inglaterra.
EFE
Francia - Inglaterra.

Qatar 2022 ha sido un Mundial marcado por la división y el enfrenamiento. Si este tipo de grandes eventos buscan la fusión de culturas, de países y de tendencias, creo que lo vivido en Doha ha ido justo en la dirección contraria. No se concibe ninguna noticia en este torneo sin su correspondiente carga de polémica, de confrontación. Llegados a estas alturas, ya no sé si los medios son un reflejo de las contaminadas redes, si las redes son una realidad del cabreo de la sociedad, si es verdad todo lo que se escribe o es mentira todo lo que se opina. Me declaro incompetente para explicar tanto odio y tanto rencor desde todos los bandos.

España es el mejor ejemplo, pero no el único. La selección de Luis Enrique era una, la de Luis de la Fuente (aún inédita) es otra. La primera, contestada desde un sector de la prensa y los aficionados, admirada y venerada desde otro sector de esa misma prensa y otros aficionados. Luis Enrique ha recogido en este mundial la siembra de muchos años de imagen arisca. Él ha querido borrar esa imagen a base de Twitch. De la Fuente carga ahora con las críticas de los más fundamentalistas por conceder entrevistas o dirigirse a los periodistas por su nombre en su presentación. No existe la equidistancia. Los críticos de Lucho no aceptan que el seleccionador sea libre de elegir su modelo de comunicación, los críticos de De la Fuente tampoco. Los primeros son los antiguos, la vieja guardia que ya no pinta nada para los segundos. Nunca se van a poner de acuerdo porque, en esta guerra, dar la razón o aceptar un perdón está considerado una derrota.

La prensa tiene que ser con De la Fuente tan exigente como lo ha sido con Luis Enrique. El nivel no debe bajar en función de gustos o querencias personales, o de si concede o no entrevistas. El ejemplo lo tenemos en el Real Madrid. En su día Mourinho contó con una legión de seguidores, tuiteros y periodistas y que jaleaban sus discutibles comportamientos dentro y fuera del campo. Ahora, en ese mismo lugar, se sienta un tipo que está en las antípodas de lo belicoso y no por ello la prensa ha dejado de preguntarle una y mil veces por asuntos (Bale, Ramos, Isco, etc…) que a otros les habrían sacado de quicio.

Por supuesto que nada va a cambiar a mejor, el fango ya lo inunda todo. Si vas con Argentina eres un vendido a Leo Messi y el Barcelona. Si gana Marruecos, Luis Enrique lo ha hecho bien en este Mundial de Qatar. Francia es Mbappé y, por tanto, el equipo de un traidor. Y así con todas las selecciones, con todos los temas, con todas las noticias. Siempre hay una versión y su contraria. Siempre hay un motivo por el que agitar el odio y desconfiar. Y a todo esto, el clickbait, el anzuelo que nos arrastra, encantado, por supuesto.

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