Red Bull se arrodilla ante Verstappen y alimenta el incendio entre el campeón del mundo y 'Checo' Pérez

Los pilotos de Red Bull, Sergio 'Checo' Pérez y Max Verstappen, en una rueda de prensa.
Los pilotos de Red Bull, Sergio 'Checo' Pérez y Max Verstappen, en una rueda de prensa.
GTRES
Los pilotos de Red Bull, Sergio 'Checo' Pérez y Max Verstappen, en una rueda de prensa.

La escudería austríaca Red Bull Racing ha lanzado en las últimas horas un sorprendente comunicado explicando todo lo sucedido de forma interna en el equipo y con sus pilotos durante el GP de Brasil del pasado fin de semana, y disculpándose por los errores cometidos. Sin embargo, para entender todo lo sucedido y la guerra civil que aún afecta a sus pilotos, el campeón del mundo Max Verstappen, y 'Checo' Pérez, hay que remontarse al final de la propia carrera en el Autódromo José Carlos Pace de Sao Paulo.

El egoísmo de Verstappen.

En una carrera alocada, intensa y desordenada, Fernando Alonso lograba rodar en quinta posición (salía decimoctavo) después de un carrusel de paradas, cambios de neumático y adelantamientos que le situó a cinco vueltas del final entre los dos Ferrari y los dos Red Bull, envueltos ambos en peleas entre compañeros que podían afectar a la pelea de Charles Leclerc con Pérez por el subcampeonato del mundo. En el caso de Ferrari, el ritmo de Alonso era tan sorprendentemente rápido que no podían asumir el riesgo de que Carlos Sainz, tercero finalmente, redujese sus tres segundos de distancia a Leclerc para dejar pasar al monegasco, ya que el asturiano tenía la opción de sacar ventaja de la maniobra.

En cambio, en Red Bull la decisión parecía más sencilla de tomar. El piloto mexicano marchaba cuarto pero la antigüedad y el desgaste de sus ruedas provocó el adelantamiento, primero de Alonso, y luego de Verstappen, que venía hacia Fernando como un tiro y quería seguir escalando posiciones después de un Gran Premio más que accidentado. No obstante, Verstappen no era capaz de reducir la distancia con Alonso tan rápido como él creía, y mientras Pérez pedía a Red Bull por radio poder pasar a 'Mad Max' si éste no daba caza al español.

Pérez sabía que Ferrari no podía asumir riesgos, así que insistió, pero desde su equipo sabían, de boca del propio Verstappen, que el neerlandés solo estaba centrado en pasar al Alpine de Alonso. Acabó la carrera y Max fue incapaz de alcanzarle, pero tampoco frenó para dejar pasar a 'Checo', lo que terminó de desatar la guerra entre ellos. Red Bull preguntó por radio inocentemente a Verstappen qué había pasado, a lo que el bicampeón del mundo contestó que ya lo habían hablado y que no iba a volver sobre el tema, en lugar de disculparse. 'Checo', dolido por la situación, replicó que "esto demuestra el tipo de persona que es" en referencia a su compañero.

Incendio en Red Bull... que se pone del lado de Verstappen.

Las posteriores declaraciones de ambos tras la carrera dejaron a las claras la tremenda tensión existente entre ambos, después de que un Verstappen campeón del mundo y con su récord de victorias en una temporada asegurado desobedeciese órdenes de equipo y menospreciase a sus compañeros y jefes en Red Bull. "Como equipo cometimos algunos errores en Brasil. No previmos la situación que se dio en la última vuelta y no acordamos una estrategia para esta situación antes de la carrera" explica de inicio el comunicado, intentando achacar los errores a una falta de previsión que nada tuvo que ver con lo sucedido. 

"Lamentablemente, Max solo fue informado en la última curva de devolver a la posición (a Checo) sin tener la información necesaria. Esto puso a Max, que siempre ha sido un hombre de equipo abierto y limpio, en una situación comprometida con poco tiempo para reaccionar" prosigue el comunicado, defendiendo y buscando una justificación plausible para explicar que Verstappen se saltase a la torera las órdenes del muro de Red Bull. Además, el propio comunicado miente en este pasaje, probablemente para proteger aún más a su 'protegido', ya que el equipo estuvo comunicando durante más de tres vueltas a Max que tenía que dejar pasar a Pérez si no alcanzaba a Alonso.

"Después de la carrera, Max habló abierta y honestamente, permitiendo a ambos pilotos que resolvieran sus problemas o inquietudes pendientes. El equipo acepta el razonamiento de Max, la conversación fue un asunto personal que permanecerá privado entre el equipo y no se harán más comentarios" avanza el texto de la escudería centroeuropea, que sigue justificando a Verstappen, supeditando las decisiones de todo un equipo, comandado por Christian Horner y Helmut Marko, a los designios de un solo piloto, y restando importancia a un acto de desobediencia más cercano a la venganza que a una simple pataleta de competidor implacable. Un piloto jamás debería llevar la contraria a su equipo. Y, si lo hace, afrontar las consecuencias. En este caso, ni lo uno, ni lo otro. Max Verstappen es dueño y señor de Red Bull.

Una historia de venganza.

Y hablamos de venganza porque, desde el entorno de Verstappen (su madre Sophie Kumpen incluso lo afirmó en redes sociales, aunque lo borró después), siempre se ha creído que 'Checo' hizo trampas en el pasado GP de Mónaco, acusando al piloto latinoamericano de chocarse voluntariamente en la clasificación para asegurarse la 'pole'. Unas acusaciones que la familia Verstappen ya ha desmentido en más de una ocasión, pero que han sido hechas públicas y podrían incluso derivar en una investigación de la FIA.

Curiosa la situación de Red Bull de cara a la última carrera de la temporada, el domingo en Abu Dhabi, pero más curioso resulta el comportamiento del campeón. Con una imagen mejorada respecto a lo visto en la temporada 2021, donde la tensión con Hamilton hizo que ambos pilotos recurriesen a sus trucos más 'sucios', Verstappen ha tirado por los suelos el prestigio y el respeto construidos en base a sus grandes actuaciones dentro, y fuera de la pista. 

Ahora, en cambio, 'acusa' a su compañero de provocarse un accidente a sí mismo, y se comporta de forma egoísta, desagradecida y altanera con él y con toda la casa Red Bull, olvidando que la escudería, casi como Pérez, trabaja por y para que él gane campeonatos. De hecho, Verstappen también parece olvidar que le debe un importante porcentaje de su primer título mundial a Sergio Pérez, actor fundamental en sus defensas a Hamilton en este mismo circuito, Yas Marina, que pone el broche ahora a una temporada en la que toda la buena imagen que había construido el piloto neerlandés, se va por el desagüe sin remedio, desencadenando un incendio descomunal en el seno de Red Bull.

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