Aunque el motivo no es futbolístico, ni mucho menos, Sevilla se ha revolucionado por el aterrizaje en la capital de un jugador que ya quisieran cualquiera de los dos equipos de la ciudad. De hecho, un pequeño fan del Betis (por lo que se ve en su móvil) fue uno de los primeros en interceptarle.

Se trata del mismísimo Leo Messi. El jugador del PSG y excapitán del Barcelona aterrizó en la ciudad del Guardalquivir acompañado de Cesc Fábregas y las familias de ambos, que a su vez se reunirán con varios jugadores y exjugadores del club culé por un motivo muy especial: la boda de Jordi Alba.

Pese al intensísimo calor que se padece en la capital andaluza, por encima de los 40º, Alba y su pareja Romarey Ventura eligieron este fin de semana para casarse. Aprovechando las vacaciones y sin compromisos ni con los clubes ni con las selecciones, el lateral pasará por la vicaría este fin de semana y estará arropado por familiares y amigos, entre los que no faltan presentes y pasados del Barcelona.

Messi y Alba conectaron muy bien en los años que estuvieron juntos. Los centros del español al argentino fueron una constante que hicieron las delicias de la hinchada blaugrana y la pesadilla de la defensa rival. Esa complicidad, visto lo visto, se ha trasladado también fuera del campo.