El Real Madrid gana en Pamplona y acaricia el título de Liga

Marco Asensio celebra su gol en el Osasuna - Real Madrid
Marco Asensio celebra su gol en el Osasuna - Real Madrid
EFE
Marco Asensio celebra su gol en el Osasuna - Real Madrid

El Real Madrid solventó otro de los choques complicados que le quedaban, la visita a Osasuna, con mucha autoridad. Los tres puntos logrados El Sadar hacen que el título de Liga esté muy, muy cerca de ser blanco. Podría llegar, incluso, sin jugar, si el FC Barcelona no gana ni este jueves a la Real Sociedad ni el domingo al Rayo Vallecano.

El inicio fue frenético. Llegaban los madridistas eufóricos tras los últimos resultados tanto en la Champions, con la clasificación para las semifinales, como en la competición liguera, con la remontada ante el Sevilla, pero también lo estaban los navarros, con tres victorias consecutivas. Así, ninguno de los dos renunció a buscar la portería, dejando un duelo de lo más vistoso.

Tras un par de llegadas, una por bando, fue el Madrid el que golpeó primero. Una jugada de estrategia en una falta lateral llevó el balón a Benzema, que centró a un David Alaba que remató a bocajarro. Sergio Herrera desvió como pudo el primer remate del defensa austriaco, pero no pudo con el segundo.

La reacción rojilla fue inmediata, en la siguiente acción. El Chimy le ganó la espalda a la zaga blanca por la banda derecha y su centro, raso y tensísimo, lo remató el enrachado Ante Budimir a placer.

Osasuna no se conformó con haber empatado y apretó al Real Madrid, agobiado durante muchos minutos. Budimir volvió a ‘mojar’, pero esta vez en fuera de juego, el tanto no subió al marcador.

Se rehízo el Real Madrid en la recta final del choque y Alaba avisó con un zurdazo al que respondió Herrera. Fue antes del segundo gol, que llegó tras un fino pase de Camavinga que encontró a Ceballos en el área. El sevillano se encontró con el meta local, pero Asensio atrapó el rechace y no perdonó sin oposición.

La lesión de Alaba justo antes del descanso fue la peor noticia para el Real Madrid, más con el City de Guardiola en menos de una semana.

Pudo sentenciar el conjunto blanco nada más comenzar la segunda parte, hasta en dos ocasiones. Una clara mano del Chimy dentro del área mandó a Benzema a los once metros, pero su lanzamiento lo paró, con una gran estirada, Herrera. Y unos minutos después, otro penalti, esta vez sobre Rodrygo, repitió la escena. De nuevo Karim lo lanzó y otra vez el meta rojillo lo detuvo con una parada prácticamente idéntica a la anterior, abajo y a su derecha.

Podían haber sido dos mazazos para los de Ancelotti, pero no fue así. El dominio madridista fue claro, contundente, y lo extraño fue que no cayera el tercero. Lo intentó con insistencia Ceballos, también un Benzema que no tuvo su día y Camavinga con un disparo lejano que se fue cerca del palo de Sergio Herrera.

Movió el banquillo Arrasate para buscar la reacción, pero sin encontrar la manera de hacer daño como sí había hecho en la primera parte, y las ocasiones más claras siguieron siendo madridistas hasta que llegó la sentencia en el último minuto de descuento, de Lucas a pase de Vinícius.

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