El Real Madrid no pudo pasar del empate ante un Osasuna sólido, rocoso, que anuló casi totalmente a los atacantes blancos, sin chispa ante el muro del conjunto navarro. El empate deja a los de Ancelotti como líderes provisionales de la Liga y con el Barça un poco más lejos, pero el Atlético puede igualar este jueves a los blancos y la Real Sociedad aumentar su distancia al frente de la clasificación.

Que Osasuna iba a ser un rival durísimo pocos tenían dudas, más aún después de sus cifras fuera de casa antes de la visita al Santiago Bernabéu: cuatro victorias en cuatro partidos. El conjunto navarro se encerró con orden, maniatando a un Real Madrid que tenía el balón pero que no sabía qué hacer con él, como atravesar la muralla navarra.

Un disparo de Camavinga, novedad en el 11 blanco en ausencia de Modric, fue el escaso bagaje en una primera media hora insípida sin llegadas de ninguno de los dos equipos. El plan trazado por Jagoba Arrasate estaba funcionando a la perfección.

No tuvo descanso Vinícius, pero el brasileño estuvo más gris que en partidos anteriores, más atado en corto. Apenas una jugada por la izquierda que acabó en un chut ligeramente desviado fue el bagaje del joven brasileño, que disfruta más otro tipo de partidos, con más espacios.

El empate al descanso le iba perfecto a un Osasuna que activó tras el descanso el plan B, amenazar a la contra. En una de ellas, el Chimy Avila avanzó por la banda derecha, le regaló el gol a Moncayola, pero el centrocampista, a bocajarro y con Courtois vendido, estrelló el balón en el palo.

Sabía el Real Madrid que el empate no era un buen resultado, y aprovechó que Osasuna se estiró más en ataque para encontrar más espacios. Un centro de Rodrygo desde la derecha que no encontró rematador fue el preludio de la gran ocasión de Benzema. El galo se sacó un increíble recorte en el área y conectó después un tremendo zurdazo que se estrelló en el larguero.

Eran los mejores minutos de los de Ancelotti, que por fin veían grietas en el muro navarro. De nuevo con Karim como protagonista, que encontró un espacio por el medio, casi marca Vinícius, pero el brasileño, solo ante el meta, se encontró con un descomunal Sergio Herrera, que salvó el gol con una gran mano.

Carlo Ancelotti quemó casi todas sus naves –Luka Jovic no cuenta ni con su equipo ya totalmente volcado–, metiendo a Rodrygo, Eden Hazard, Lucas Vázquez y Marcelo, y los minutos finales fueron un asedio ante un Osasuna que ya daba por bueno el empate.

Lo intentó el Real Madrid colgando balones, llegando por derecha e izquierda y hasta con un chut desde el centro del campo de Casemiro. Nada, no era el día, solo un remate de Marcelo creó verdadero peligro. Finalmente, el conjunto navarro aguantó un valioso empate y dejó a los blancos con una sensación de impotencia y de que se ha escapado una buena oportunidad.