Teresa Portela, a por París 2024 y sus séptimos Juegos: "No hay que dejarse llevar por lo supuestamente normal"

Teresa Portela celebra su medalla de plata en Tokio 2020.
Teresa Portela celebra su medalla de plata en Tokio 2020.
EFE
Teresa Portela celebra su medalla de plata en Tokio 2020.

María Teresa Portela Rivas (Cangas, Pontevedra, 1982) es historia del deporte español. En los Juegos Olímpicos de Tokio no solo se convirtió en la deportista nacional con más participaciones con un total de 6, sino que también obtuvo el ansiado premio que su trayectoria deportiva merecía: una medalla olímpica. Una plata que ya acompaña a sus dos Mundiales (y 6 subcampeonatos), 7 Campeonatos de Europa (y 4 subcampeonatos más) y que la coloca en el Olimpo del piragüismo.

A sus 39 años, muchos la hubiesen dado por retirada, pero el esfuerzo, la dedicación y más importante, el amor con el que encara su deporte le dan gasolina para seguir compitiendo más años. Su objetivo lo tiene más que claro: París 2024

¿Qué significa conseguir su primera medalla olímpica después de haberlo ganado todo?

Mucha alegría, sobre todo por mi trayectoria deportiva, por haber perseguido continuamente mis sueños y no haberme dado por vencida. Eran mis sextos Juegos, para mí ya era increíble y aunque no me hubiese llevado medalla yo ya me sentía una ganadora. Sabía que yo iba con opciones, sabía que me encontraba muy bien, con buenos tiempos, pero sabía que tenía que darse todo perfecto porque al final dependemos de 35 segundos y tienes que haber hecho todo perfecto. Muy contenta de haber conseguido esta medalla olímpica, era lo que me faltaba y para mí fue increíble.

¿A quién le dedicó su plata en Tokio?

A mi hija, a mi marido y a mi entrenador, también a los patrocinadores y a toda mi familia. Al final yo soy la que remo pero todo mi equipo a mi alrededor son los que me apoyan en este camino; para ellos, evidentemente. Cada uno pone su granito de arena y es lo que hace que yo llegue en esas buenas condiciones el día de competición.

¿Cuál ha sido su medalla más especial, sin contar la olímpica?

Las dos veces que quedé campeona del mundo, las veces que quedé campeona de Europa… pero sobre todo, las medallas que mejor me saben son las que conseguí después de mi maternidad. En 2015 y en 2019, el bronce en el Campeonato del Mundo. Además, esos dos bronces me dieron las plazas olímpicas tanto para Río 2016 como para Tokio 2020.

¿La plata olímpica sabe a victoria o se queda con regusto a poder conseguir algo más?

A ganadora, totalmente.

¿Ha sido más especial por haber sido superada solo por Lisa Carrington?

Sabía que Lisa ahora mismo está un peldaño por encima de las demás. Claro que toda competidora lo que quiere es ganar, pero yo creo que también hay que saber la realidad y la realidad es esa. Y no pasa nada, como esto en cualquier cosa. No hay nadie invencible. Pero sí que en condiciones normales el oro iba a ser para ella. Yo sabía que lo que podía estar disputada era la plata o el bronce.

Sería como la Messi o la Serena Williams del piragüismo, que han marcado una época…

Ella es Lisa Carrington, no Messi. En el piragüismo es una leyenda, es la mejor del mundo. Va a hacer historia y va a quedar ahí, grabada con letras de oro.

"Tengo ganas a seguir y me encantaría estar en París 2024. No hay que dejarse llevar por lo supuestamente normal"

¿Cuál es el mejor recuerdo no deportivo que se llevó de Tokio?

En estas condiciones, que pudiera haber estado mi marido ahí conmigo. En principio que no se iban a celebrar, luego sí, luego sin público... todo así tan revuelto. El hecho de que haya podido tener a mi marido ahí como fisio y que me pudiera acompañar en este momento tan especial para mí. Me quedo con eso, porque al final él también fue deportista olímpico. Su sueño era conseguir una medalla, quedó cuarto y no la pudo conseguir. Entonces, poder vivir ese momento conmigo también fue muy especial.

¿Le resultaron algo descafeinados los Juegos con tantas restricciones?

Con respecto a otros Juegos se notó la diferencia. En la Villa Olímpica al final vas solo con mascarilla. Descafeinados en el sentido del ambiente olímpico: fuera, en la ciudad, que pudieras salir y vivir el ambiente… Era ir de la Villa al lugar de competición y solo podías usar los transportes que ellos ponían. Ahí sí que se echó en falta, sobre todo, el calor de las gradas, el público. Pero agradecida de que finalmente se pudieran celebrar y yo pudiera conseguir seis juegos después una medalla.

¿Cuál ha sido el mayor cambio desde Sídney 2000 a Tokio 2020?

A nivel personal, he tenido que ir reinventándome y mejorando y al final es lo que tiene. Para permanecer en la élite necesitas ir reinventándote y empecé en Sydney con el K1-500 y para mí lo mejor fue que el K1-200 se hiciera olímpico en Londres. A lo largo de estos Juegos sí que ha habido muchos cambios, en distancias olímpicas, de tener que empezar de cero y es sobre todo lo que he vivido en los Juegos. En el primero fui a remar en el K1-500, en Atenas y Pekín fui en barcos de equipo (K2 y K4) en Londres ya me centré en el K1-200… En cada Juegos me ha tocado algo diferente y saber afrontar lo que venga.

¿Llegamos a París 2024?

Yo lo que quiero es continuar. Yo hago lo que me gusta que es el piragüismo y con esta medalla tengo la ilusión intacta. Mi idea es seguir entrenando y sobre todo no dejarme llevar por la edad, que es algo que me vienen recordando desde que tengo 26 años, que igual la edad… Al final no hay que dejarse llevar por lo supuestamente normal. Ahora lo que quiero centrarme en mí misma, en mis resultados, los tiempos me acompañan. Tengo ganas a seguir y me encantaría poder soñar con estar en París y de entrenar cada día para llegar en mis mejores condiciones y conseguir una plaza.

Últimamente se habla mucho de la ansiedad en el deporte, ¿cómo trata con la presión en la élite?

No es algo que se haya descubierto ahora. La ansiedad y la presión están ahí. Una al final es la presión que uno se genera y otra es la externa. Al final todos en su trabajo tienen que lidiar con esa presión o ansiedad. Lo que pasa es que unos Juegos Olímpicos son algo tan grande que todos los focos están puestos en tu deporte y en una misma y hay que saber llevar eso. 

Yo la verdad que sé que hay esa presión. Trabajas toda una vida para ese mismo instante y tienes que saber gestionarlo, por muy bien que estés físicamente. Si tu cabeza te hace que te paralices ya no tienes momento de demostrarlo. Saber gestionarlo, relativizar las cosas… hay que tomarse la situación como algo positivo: llegó el momento de demostrar todo lo entrenado y lo bien que estoy, no que este momento te coma la mente y pueda contigo.

¿Qué consejo le daría a los más pequeños que están empezando a sufrir esta presión?

Sobre todo, que hay que disfrutar. Uno cuando disfruta va relajado. Una vez llegada la competición, si el trabajo está hecho, el resultado vendrá. Es como quitarte presión decir “el trabajo ya está hecho”. No va a salir nada en la competición que en los entrenamientos no haya salido, es muy raro. Si el trabajo está bien hecho, llegado el momento de la competición es disfrutarlo, porque el resultado vendrá.

¿Cree que los deportistas sufren más con el crecimiento de la exposición en los medios y redes sociales?

Puede ser, al final con las redes sociales cada uno muestra lo que quiere mostrar. Si que las redes son una ventana muy grande en la que no solo tus allegados, sino también gente de todo el mundo puede ver lo que haces. Ahí ya está en manos de uno saber cuándo abrir esa ventana y cuánto mostrar. Cuanto uno más expuesto esté, más presión va a tener. Estás dejando a la gente que hable de ti, que te juzgue… Es positivo también porque puedes dar a conocer tu deporte, lo que tú haces, pero también puede ir en tu contra y de alguna manera hacer daño. Hay que buscar el equilibrio.

¿Cuál ha sido el mayor aprendizaje de su carrera profesional?

Aunque es algo obvio, a veces se nos olvida. Como deportistas siempre vamos buscando un objetivo y un resultado final y hay veces que eso puede generar estrés. Yo lo que he aprendido es que durante el camino he disfrutado mucho, porque al final pasa por un resultado y por un día que tarda tanto en llegar que luego se va muy rápido. Lo importante es que durante todo el proceso se disfrute y se disfrute de la gente que te encuentras por el camino y los lugares que vas descubriendo, que al final es lo que te queda. Una una competición es un día, algo que viene y se va y ya está. El camino y todo lo que te encuentras por el camino son los recuerdos que tú te llevas de una carrera deportiva.

¿Hubo alguna reacción en la Villa al conocer lo que le ocurría a Simone Biles?

Todo el mundo se enteró porque al final lo ves en las noticias, en redes sociales… pero yo creo que está bien que se muestre la realidad de una deportista y de mucha gente. Pero al final cada uno está muy centrado en su competición, sus horarios, sus cosas y evidentemente fue una noticia muy importante y de una chica que lo estaba pasando mal y sí que fue muy sonado. Pero cada uno estuvo muy centrado en su competición.

¿Quién fue el deportista al que más le gustó conocer?

Bueno, con Pau Gasol ya había coincidido pero me pareció un deportista ejemplar y me emocionó cuando vino a darme la enhorabuena por la medalla. Realmente me emocionó.

¿Le gustaría que su hija se dedicara al deporte profesional?

Yo lo que quiero es que haga lo que haga lo haga lo mejor posible y que sea feliz. Si su decisión es elegir un deporte, le va bien y llega a ser deportista de élite le acompañaré, al igual que si decide ser lo que sea. Lo único que quiero es que sea feliz y que sea trabajadora como es ahora y sobre todo que lo que haga lo haga bien, poniendo todo de su parte.

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