Un condón, el arma secreta de la piragüista Jessica Fox para lograr su bronce olímpico en K1

La piragüista australiana Jessica Fox, en los Juegos Olímpicos de Tokio
La piragüista australiana Jessica Fox, en los Juegos Olímpicos de Tokio
EFE
La piragüista australiana Jessica Fox, en los Juegos Olímpicos de Tokio

Una de las grandes figuras de estos Juegos Olímpicos en aguas bravas ha sido la australiana Jessica Fox. Oro en C1 y bronce en K1, ha demostrado una gran inteligencia para compensar el cansancio y esfuerzos en ambas pruebas, que se ha disputado prácticamente de manera consecutiva desde que comenzó la acción en Kasai.

La demostración de que tuvo que tirar de ingenio la dejó patente en sus redes sociales, demostrando cómo tuvo que arreglar su kayak que había quedado algo 'magullado' después de la clasificación del K1. En las imágenes que compartió, se ve cómo ella y un entrenador del equipo australiano usan una mezcla de fibra de carbono con masilla para reparar el desperfecto antes de la competición. Para que esta se quedara fijada mientras secaba, sacaron un preservativo que, por la posición de la rotura encajaba perfectamente, dada la similitud de la forma del elemento donde normalmente se coloca.

"Apuesto a que no sabían que se podía usar para reparar un kayak", bromeaba Fox.

El apaño le sirvió para disputar la final del K1, en la que Maialen Chourraut se colgó la plata, sin mayores dificultades... aunque no de manera cómoda. Una penalización por golpear con el remo en una puerta le hizo añadir 4 segundos a su tiempo final, por lo que se quedó por detrás de la campeona Ricarda Funk y de la española, en este último caso por sólo una décima.

Tras días después, Fox se resarció con el oro en C1, esta vez con su embarcación totalmente reparada.

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