Max Verstappen y Lewis Hamilton se repartieron las dos sesiones de entrenamientos libres del GP de Austria, en la que Fernando Alonso sólo rodó en la segunda porque en la primera dejó su coche al chino Guanyu Zhou.

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La sesión vespertina tuvo un invitado más deseado por los de atrás que por los de delante: la lluvia. Unas pocas gotas hicieron su aparición en la pista en la que ya se rodó el pasado fin de semana, lo que supone toda una novedad. Aunque no está claro que vaya a llover con la fortaleza suficiente como para marcar diferencias, tanto Alonso como otros pilotos que aspiran a hacerlo mejor que el último domingo la prefieren.

La aparición del agua, aunque sea de manera tímida, ha hecho que esos segundos libres se conviertan en clave. De hecho, no todos apretaron al límite para ensayar en condiciones. 

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Por ejemplo, Ferrari. Carlos Sainz y Charles Leclerc, que por la mañana habían estado en el 'top 3', dedicaron la segunda tanda a probar diferentes configuraciones de carga aerodinámica. Las condiciones de la pista y la propia idiosincrasia del SF21 hizo que los ensayos con poca carga dieran mejor resultado, algo que sería un factor diferencial con respecto al resto.

No obstante, todos tendrán que vigilar bien lo que hacen. El propio Lewis Hamilton probó las escapatorias del trazado austriaco, tras salirse de la zona limpia y acabar en la grava.

Más allá de los incidentes de este tipo, se repitió una circunstancia que ya se vio el pasado fin de semana. Dado que es un circuito muy corto, es normal que todos los pilotos se estorben entre sí. En una de las dos ocasiones hubo dos campeones del mundo involucrados: a Fernando Alonso le taponó Kimi Räikkönen, excompañeros y rivales. "No me lo puedo creer. ¿No tienen espejos?", se quejó por radio el asturiano.

El incidente se quedó en nada, si bien sí evitó que Alonso mejorara su mejor crono de esta sesión. Al final, el asturiano acabó 8º y el finlandés, 14º, justo detrás de Sainz.