Una de las incógnitas a resolver en el futuro inmediato del Real Madrid es qué hacer con Gareth Bale. El galés debe regresar a la capital después de su cesión en el Tottenham, que ha sido un tanto irregular: capaz de hacer dobletes o de ni siquiera ser convocado. Su relación con Mourinho fue convulsa y su participación con el conjunto londinense, dubitativa.

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Qué hacer con él es algo que tendrán que resolver entre el propio futbolista, el club blanco y Carlo Ancelotti, salvo que el propio Bale tome una decisión drástica que apunta 'Marca': retirarse definitivamente del fútbol de alto nivel.

Bale no es el prototipo de profesionalidad plena. Su pasión por el golf le ha provocado numerosos problemas en el pasado, hasta el punto de lesionarse jugando. Irse de partidos antes de que acabaran, escapadas para acudir a tal o cual torneo... El famoso 'troleo' de 'Gales. Golf. Madrid. En ese orden' con el que celebró la clasificación para la Eurocopa lo resume todo.

Sin embargo, Madrid es una ciudad que le gusta mucho al futbolista. De hecho, durante su cesión en el Tottenham, la familia de Bale se ha quedado en España y él venía de vez en cuando para verles. No obstante, quizá para el club tampoco sea una figura fundamental.

A Bale le queda un año más de contrato. Su alta ficha, en un momento crítico para las cuentas del Real Madrid, las dudas sobre su rendimiento y actitud y la necesidad de hacer hueco a otros no le colocan ni mucho menos entre los candidatos a quedarse como algo fundamental. El ahorro monetario sería de 22 millones de euros brutos (12 netos), lo que supone una buena parte de la masa salarial del club.

A sus 31 años, Bale considera que ha dado ya lo mejor de sí. Con su futuro económico más que resuelto, no tiene necesidad de seguir jugando, y menos ahora que no siente que sea ese potencial Balón de Oro cuya vitola le rodeaba cuando llegó.