Los neumáticos dan la victoria a Hamilton en España y condenan a Verstappen... y a Fernando Alonso

Fernando Alonso en el GP de España
Fernando Alonso en el GP de España
XPB / James Moy Photography Ltd.
Fernando Alonso en el GP de España

Lewis Hamilton se llevó la tercera victoria de la temporada, quinta consecutiva en el GP de España, gracias a una brillante gestión estratégica de Mercedes. El equipo campeón le dio una lección a Red Bull, que se la jugó a una parada, y a Max Verstappen, que dominó durante prácticamente toda la prueba hasta que sus ruedas se hundieron. El podio lo completó Valtteri Bottas.

Fernando Alonso no pudo dar espectáculo a la grada española, ya que esta carrera tuvo público (limitado) en directo. Como le ocurrió a Verstappen, el asturiano se hundió en la recta final sin neumáticos y acabó en una pobre 17ª plaza.

Mejor acabó Carlos Sainz, en una carrera sin mucho problema. Finalizó 7º, una por detrás de lo que clasificó. Más puntos para el madrileño, que sigue con el pleno en Montmeló entre los 10 primeros, pero aún así no salió muy contento.

Verstappen le gana la salida a Hamilton

Max Verstappen demostró su agresividad desde los primeros metros. El neerlandés le ganó la primera posición al poleman Lewis Hamilton con un adelantamiento al límite del accidente, rozándose incluso en la segunda curva de la primera variante de Montmeló. El otro Mercedes, aunque en este caso es más habitual, también cedió el segundo puesto con Charles Leclerc. Valtteri Bottas, de nuevo, decepcionando.

Para los españoles fue una salida para minimizar daños. Sainz perdió dos posiciones para rodar en las primeras vueltas en 8ª plaza, mientras Alonso sostuvo la presión de los hombres de Aston Martin. El asturiano resistió la 10ª posición en los primeros compases de carrera.

En la séptima vuelta hubo el primer incidente de la carrera, en la nueva curva 10. Yuki Tsunoda se quedó tirado por un problema de motor, lo que hizo que saliera el coche de seguridad. Entre los que pararon en boxes, surrealismo en el box de Alfa Romeo: una de las ruedas que iban a ponerle a Antonio Giovinazzi estaba pinchada y hubo un momento de caos hasta que pudieron sacar el neumático correcto.

En la reanudación, Verstappen sostuvo el liderato pero no así Fernando Alonso el 10º puesto. El asturiano se salió ligeramente de pista -de nuevo, problemas con la gestión de los neumáticos más fríos- y apenas pudo resistir el ataque con Lance Stroll, que le mandó a la 11ª posición. Empezó entonces una defensa con un viejo rival: Sebastian Vettel.

La pelea fue tanto en pista como en boxes, y en ambos casos Alonso salió victorioso. Primero, los mecánicos de Alpine hicieron un cambio de neumáticos mucho más rápido que los de Aston Martin, y después le resistió en la zona de atrás mientras iban sobrepasando rivales más lentos.

Red Bull falla en boxes, pero ni por esas hay emoción

Una de las grandes ventajas que tiene Red Bull sobre sus rivales es que suelen hacer paradas en boxes mucho más rápidas que el resto. No fue el caso en esta carrera, ya que la de Verstappen fue mucho más lenta de lo previsto y obligó a Hamilton a modificar ligeramente su idea inicial.

El neerlandés perdió 4,2 segundos, pero no fue suficiente como para que el heptacampeón le ganase la posición inicialmente, por lo que comenzó una incesante persecución que ni con DRS se resolvió. Montmeló tiene un serio problema si ni siquiera se ven adelantamientos dopados con este sistema.

Hamilton cambia de idea

Tras casi 20 vueltas intentando pasar a Verstappen, Hamilton decidió que estaba perdiendo el tiempo. De una estrategia inicial a una parada pasó a una de dos, con neumáticos medios nuevos para intentar cazar al de Red Bull en la recta final de carrera en pista.

Este factor puso algo de emoción estratégica al final, toda vez que en el caso de Verstappen fue más complicado de decidir, especialmente cuando se quitó de encima a Bottas a falta de 11 vueltas para el final. En ese momento fue cuando los neumáticos empezaron a decaer, también atrás.

Ejemplo de ello fue lo ocurrido con los Alpine, en especial el de Esteban Ocon. El francés vio cómo Carlos Sainz, que ya había tenido una buena lucha con los pilotos de su exequipo, McLaren, le quitó la 7ª plaza en la recta de meta sin apurar. Peor lo pasó al adelantar a Lando Norris, buen amigo, que aún así hizo un cambio de trayectoria le granjeó una bandera blanca y negra, un equivalente a una tarjeta amarilla.

Verstappen intentó sostener el primer puesto como pudo, pero a falta de seis giros para el final, cayó por puro peso: un Hamilton con mucha más tracción que su rival recuperó el primer puesto que había cedido en la salida.

Red Bull no fue el único equipo en equivocarse. Alpine también, como demostró que Alonso acabara hundido en la recta final de la carrera, sin neumáticos. El resultado final lo dice todo: fue 17º, sólo por delante de los Haas.

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