Escándalo en el Dakar con la gasolina de las motos y los prototipos ligeros: encuentran agua en los depósitos

Toby Price, durante el Dakar 2021
Toby Price, durante el Dakar 2021
Eric Vargiolu / DPPI / Red Bull Content Pool
Toby Price, durante el Dakar 2021

En plena noche en el vivac de Wadi Al-Dawasir después de la segunda etapa del Dakar, los mecánicos de las motos y los vehículos ligeros tuvieron que ponerse manos a la obra a desmontar depósitos, inyectores y demás componentes de los sistemas de combustible de las monturas por culpa de un incidente que podía haber costado muy caro.

Varios corredores se quejaron de que habían encontrado agua mezclada con la gasolina que les habían suministrado en uno de los puntos de repostaje de la etapa. Primero fue Yamaha, que vio cómo Andrew Short, uno de los favoritos, tenía que abandonar por un fallo en su motor y después KTM, cuya estrella Toby Price (doble campeón del Dakar en 2016 y 2019) sufrió una avería en su depósito trasero (llevan dos) y se dejó más de media hora en la jornada. Yamaha ha llegado a poner una reclamación para que permitieran a Short tomar la salida de este martes, pero se la han rechazado.

Pese a ser Arabia Saudí uno de los países de mayor producción de combustible del mundo, se encontraron con este suceso, que ya antes de que acabara el día generó una gran polémica. Algo similar sucedió hace varias décadas, en el Dakar clásico de Marruecos, pero aquello estaba muchísimo menos organizado y controlado que ahora.

El primero en denunciarlo públicamente fue David Palmada, mecánico del equipo FN Speed Team con el valenciano Tosha Schairena, que en sus stories de instagram relató que los comisarios habían llegado para advertirles de que debían vaciar todo el combustible y volver a montarlo.

 "Hemos chequeado nuestros vehículos y están todos podridos", denunciaba. Y es que, además de agua, en el circuito de combustible se encontraron restos de parafina (una cera derivada del petróleo), que sí podría haber sido mucho más peligrosa. Por eso, y pese al cansancio de la jornada, a las revisiones mecánicas habituales se unió la obligación de limpiar de manera exhaustiva todo el circuito. 

La situación fue surrealista: se formó una caravana en pleno campamento para que un comisario fuera comprobando que los vehículos iban vacíos para volver a cargarlos de combustible.

El ASO, la organización, incluso llegó a tener sobre la mesa la posible cancelación de la etapa de este martes, dado que muchos corredores argumentaban que la presencia de agua en ese camión de repostaje podía haberles fastidiado la mecánica, pero tras certificar que la nueva gasolina que les estaban poniendo era de calidad, confirmaron que se tomaría la salida de la tercera jornada con normalidad.

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