El coche de empresa de Lewis Hamilton es, como no podía ser de otra manera, un Mercedes. El activismo social del hexacampeón le obliga a ser muy respetuoso con el medio ambiente en la medida de lo posible, y mientras esté fuera de un circuito, lleva un coche no contaminante: un Mercedes EQC, el deportivo eléctrico de la marca alemana.
Por mucho que sea muy moderno, de momento, la automoción no ha podido acabar con uno de los grandes problemas desde que se inventó el coche de neumáticos inflados con aire: estos se pinchan. Es lo que le ocurrió al británico, que tuvo que parar para arreglarlo.
Lo irónico de este problema es que, precisamente, tuvo que detenerse en una gasolinera, que es el único lugar donde un coche eléctrico no necesita ir para nada, salvo que tenga un punto de carga específica.
"Pinchamos un neumático en la autopista y tuvimos que parar en una gasolinera. Me tomó un minuto cambiar la rueda, pero una vez hecho, volví a la carretera con mi EQC. Lo mejor es no tener que repostar", se congratuló el piloto de F1, que este fin de semana estará en Portimao para el GP de Portugal.
We had a tyre blow out on the motorway and had to stop at the station. Took a minute to change the wheel but once done, I was back on the road in my EQC. It’s the best not having to refuel. 🔋 pic.twitter.com/7ncdostlq0
— Lewis Hamilton (@LewisHamilton) October 20, 2020
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