Arturo Vidal ya es exjugador del Barcelona, una vez que el Inter de Milán ha confirmado su fichaje. El chileno vuelve a Italia cinco años después de dejar la Juventus para pasar tres temporadas en el Bayern y dos en el conjunto blaugrana.

El chileno deja el equipo culé víctima de la criba que ha emprendido Ronald Koeman. Siempre en el alero, tanto con Ernesto Valverde como con Quique Setién, su alta ficha, su carácter y las dudas que ha generado en el esquema culé han hecho que sea el segundo en quedarse sin hueco en el nuevo Barça tras el regreso de Ivan Rakitic al Sevilla.

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Como en el caso del croata, el Inter ha pagado un precio casi irrisorio por el centrocampista. Un fichaje 'simbólico' de 500.000 euros más variables, que distan mucho de los 20 millones que pagó el club presidido por Josep María Bartomeu dos veranos atrás. 

El motivo de esta venta tan barata, además de que Koeman no cuenta con él, es intentar aflojar la presión sobre las cuentas del Barça, ya que la ficha de Vidal era de casi 7 millones. El jugador ha renunciado a esa cantidad, que le correspondía en derecho por el año que le quedaba de contrato. 

Su fichaje por los 'nerazzurri' ha sido uno de los temas de la semana, pero no ha sido hasta la tarde-noche del domingo cuando Vidal viajó a Milán para cerrar su fichaje.

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Antonio Conte se hace con un futbolista recio, de corte físico y poco dado a las grandes reverencias técnicas. El propio Arturo Vidal fue muy crítico con la obsesión del Barça de permanecer atado al estilo cruyffista, algo que no les ha dado resultado en la última temporada y que se cerró con el humillante 2-8, con el propio internacional chileno en el campo.