El tópico de las 'siestas del Tour' se está cumpliendo en la edición de 2020. Los equipos y los ciclistas han mostrado en la primera semana de competición una falta alarmante de agresividad, lo que ha hecho que la afición se queje de manera clara.
De seis etapas disputadas, tres se han resuelto al sprint y las otras han sido con escapadas en grupo, sin ninguno de los grandes atacando en condiciones. El mejor ejemplo fue la jornada de este jueves, cuando Alexei Lutsenko se impuso con claridad a Jesús Herrada en el Monte Aigoual, cuando apuntaba a que podía ser una jornada mucho más disputada.
El exceso de juego estratégico cansa a la afición. Después de tres etapas de montaña no han aparecido los favoritos, y la sensación de que cualquier intento será neutralizado enseguida ha hecho que tanto desde la prensa especializada como la afición miren con desdén la actitud de los corredores. Arrancadas en formación desde la salida, o la búsqueda de puntos de la montaña o de la regularidad antes que la victoria de etapa en sí ha permitido ver a ciclistas como, por ejemplo, Peter Sagan más pendiente del maillot verde que de cruzar primero la meta del día.
¿Miedo? ¿Exceso de respeto? ¿Un recorrido poco propicio para los ataques? Los ciclistas ven este tipo de críticas injustas. Enric Mas, del Movistar Team, replicó con dureza nada más completar la etapa del jueves. "Si estuviesen encima de la bici, viendo las velocidades a las que subimos, se les quitarían las ganas de decir eso", replicó, y lo argumentó con datos.
"En Orcières-Merlette subíamos a 30, 35 por hora, un ritmo al que era imposible atacar. Arrancas y tan pronto saltas, te quedas de nuevo. En La Lusette ha sucedido lo mismo: Castroviejo se ha puesto ahí a un ritmo constante, y o estás muy bien, o arrancas y te vas para atrás(...) Es un Tour muy rápido, y a la vez y por algún motivo que no sé, todos corremos con un poco más de cabeza que otros años", destacó un Mas, que al comienzo de la jornada tuvo un susto en forma de caída cuando se tropezó con una piedra.
Los rastros en el costado derecho de @EnricMasNicolau tras su caída en el descenso del Cap de Coste, durante la 6ª etapa del #TDF2020, que no le ha impedido llegar con los favoritos.
— Movistar Team (@Movistar_Team) September 3, 2020
"Espero que sea solo 'chapa y pintura'. He pillado una piedra en la curva. Me encuentro bien". pic.twitter.com/2G5OWsXU6e
¿Temor a las caídas?
La reflexión de Mas sobre la posibilidad de caídas ronda buena parte de la mente de los ciclistas. Lo ocurrido en la Dauphiné o en Il Lombardía parece haber afectado mentalmente a los corredores. De hecho, que el INEOS apostase toda su estrategia a Egan Bernal y que aún no se le haya visto atacar en lo que va de Tour refrenda esta posibilidad.
Bradley Wiggins, vencedor del Tour en 2012 y comentarista de Eurosport, apunta a que son los propios corredores quienes establecen el riesgo que quieren asumir. "La carretera es ancha, y son los corredores los que hacen que correr sea peligroso. Cuando seas mayor, ya no querrás caerte. Quieres ir a casa con tus hijos sin cicatrices. Es un deporte duro. La vida es dura, es así", destacaba tras la caótica primera etapa del Tour.
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