Continúa el escándalo racista en CrossFit tras el tuit racista del CEO de la compañía, Greg Glassman, en el que comparaba la lucha contra el racismo surgida a raíz de la muerte de George Floyd con el coronavirus. "Floyd-19", respondía a un tweet que concienciaba sobre el problema que es la discriminación racial.
A Glassman y a CrossFit ya les ha costado su acuerdo con su principal patrocinador, Reebok y en menos de una semana la desvinculación de más de 1.000 gimnasios afiliados, de un total de 15.000. Por eso mismo, Glassman ha querido actuar en consecuencia y ha presentado su dimisión.
"He decidido retirarme. El sábado he creado una zanja en nuestra comunidad y he herido involuntariamente a muchos de nuestros miembros. Desde su fundación, CrossFit se ha convertido en la red de gimnasios más grande del mundo y juntos hemos peleado por las enfermedades crónicas. Sé que CrossFit es la solución a ese problema y no puedo permitir que mi comportamiento se interponga en ese camino. Son demasiado importantes para ponerlos en peligro", explicaba Glassman.
Dave Castro será el sustituto del fundador de la empresa. Castro es un antiguo marine del ejército americano, el director de entrenamientos de la empresa y de los CrossFit Games, la máxima competición de este deporte. Sin embargo, Glassman seguirá siendo el dueño de la empresa que fundó en el año 2000.
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