Italia es el país europeo más afectado por el brote de coronavirus, lo que ha hecho que todos sus estamentos tomen medidas de precaución para evitar que la enfermedad se extienda. Entre ellas, una de las más importantes y carismáticas del país transalpino: Ferrari.

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La sede de la Scuderia se encuentra en la pequeña localidad de Maranello, en plena región de Emilia-Romaña, que es una de las que están sometidas a cuarentena por la llegada del COVID-19. Por eso, inmediatamente han modificado notablemente su día a día, empezando por el trabajo de la propia fábrica.

El hogar de Ferrari se ha cerrado al público. Las visitas previstas a la fábrica se han cancelado y se ha limitado al máximo la llegada de trabajadores o colaboradores externos para hacer negocios allí. Sólo se permitirá el acceso a los visitantes externos imprescindibles. 

También se han cerrado hasta el 1 de marzo los museos de Maranello y Módena, donde se encuentra la casa del fundador Enzo Ferrari, lo que ha pillado a muchos turistas allí mismo.

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En cuanto al equipo que se ha desplazado a Montmeló para los test de pretemporada, de momento, hay más tranquilidad que en su hogar. Tanto ellos como los que se quedaron en Maranello se están sometiendo a pruebas y están controlando los síntomas para que, en caso de que notasen alguno, activar el protocolo previsto.

"Tomaremos las medidas que sean necesarias en caso de positivo, pero de momento no tenemos previsto modificar nuestro 'planning'", señala a este periódico un portavoz del equipo de Fórmula 1 que se encuentra en Montmeló.

El resto de escuderías que se encuentran en el trazado catalán están actuando de manera similar, si bien de momento el mensaje que transmiten es de tranquilidad.