David Villa pone fin a su larga trayectoria futbolística. El delantero de 38 años, máximo goleador de la historia de la selección, colgará las botas al final de la temporada, con un brillante palmarés que incluye los títulos más importantes, ya sea a nivel de clubes o con la Roja.

Villa emergió de las categorías inferiores del Sporting de Gijón y siempre se ha caracterizado, además de por su instinto para goleador, por su capacidad para adaptarse a sus nuevos equipos. No en vano se convirtió en el delantero referencia y se hinchó a marcar goles en todos los clubes en los que militó.

Dos temporadas y 38 goles con el equipo de su vida en Segunda División le abrieron las puertas del Real Zaragoza, equipo que le fichó tras lograr su ascenso a Primera en 2003. Esa misma temporada conquistó su primer título al derrotar por sorpresa al Real Madrid en la final de la Copa del Rey y, al comienzo de la siguiente, levantó la Supercopa de España que el club aragonés le ganó al Valencia.

Con el conjunto maño solo jugó una temporada más, ya que sus buenas actuaciones llamaron la atención, precisamente, del Valencia, donde se confirmó como una de las estrellas del fútbol español, convirtiéndose en ‘pichichi’ y haciéndose un hueco en las convocatorias de la selección. 

Villa superó el centenar de goles en las cinco temporadas que defendió la camiseta valencianista, con la que ganó la Copa del Rey de 2008. Aquel año fue mágico, ya que también conquistó la segunda Eurocopa de la historia de la selección, un título que se resistía desde hacía décadas.

El 11 de junio de 2010 fue uno de los días más importantes en la trayectoria del ariete asturiano, ya que fichó por el FC Barcelona, que pagó 40 millones al Valencia para cubrir la salida de Samuel Eto’o. En el conjunto azulgrana formó una de las delanteras más letales del fútbol mundial y conquistó ocho títulos, entre los que destacan una Champions League, un Mundial de Clubes, una Liga y una Copa.

Del cielo al infierno

Aquel verano de 2010 fue doblemente especial, ya que tocó el cielo al ser el máximo goleador de la Roja que conquistó la Copa Mundial de Sudáfrica, el mayor hito de la historia de la selección.

No obstante, no todo han sido luces en la trayectoriad e Villa. Uno de los tragos más amargos lo vivió tras una grave lesión durante el Mundial de Clubes de 2011, donde se fracturó la tibia. Tras varios meses luchando por recuperarse para acudir a la Eurocopa de 2012 Villa se quedó fuera de la lista de Vicente del Bosque.

Tras su etapa en el Barcelona el ariete se mudó ala capital al fichar por el Atlético de Madrid, equipo en el que solo estuvo una temporada pero dejó huella. De hecho, fue uno de los artífices del título de Liga que puso fin al ‘duopolio’ de Real Madrid y Barcelona en el campeonato doméstico.

Al final de ese curso comenzó el periplo internacional del goleador español, que se probó brevemente en el fútbol australiano y terminó dando el salto a la MLS estadounidense para defender la camiseta del New York City FC. En las cinco temporadas que jugó en el equipo de ‘la gran manzana’ fue habitual verle en las jugadas destacadas del campeonato norteamericano, donde firmó más de 75 goles. 

Parecía que se acercaba el final de su carrera pero, antes de poner el punto y final, se dejó guiar por su excompañero en el FC Barcelona y amigo Andrés Iniesta y dio un giro radical a su vida para fichar por el Vissel Kobe en el que juega el Manchego. Ambos han compartido vestuario la última temporada de la liga aponesa e incluso tuvieron la satisfacción de reencontrarse con sus excompañeros del Barça en uno de sus amistosos de pretemporada.

Ahora que cuelga las botas Villa dará el salto a los despachos, ya que tendrá su propio equipo de fútbol en Estados Unidos. El asturiano será uno de los propietarios del Queensboro FC, que iniciará su andadura la temporada 2021. Este equipo nace de la nada, jugará en un nuevo estadio que ya está en marcha y formará parte de la la división más alta de la United Soccer League, la USL Championship.