El presunto asesino de Rebeca Santamalia, José Javier Salvador, había seguido en prisión un curso de rehabilitación contra la violencia de género, pero según el informe de los psicólogos y la dirección de la cárcel, no se había reinsertado. Salvador estaba en libertad desde enero de 2017, a pesar de los informes contra su excarcelación de la prisión de Zuera. Psicólogos, médicos, juristas y funcionarios seguían viendo en él un peligro. Dos años después, los hechos les han dado la razón. La abogada que consiguió esa libertad para Salvador se ha convertido ahora en su segunda víctima. Rebeca Santamalia defendió a su cliente en el juicio por matar a su mujer en 2003. El viernes, su cadáver fue hallado en la casa de su presunto asesino. Horas después, él se suicidó arrojándose por el viaducto de Teruel. Ambos mantenían una relación sentimental aunque ella seguía casada. Fue su marido quien denunció la desaparición.