Una denuncia anónima de un ciudadano chino fue el punto de partida de la operación Emperador tal y como refleja el sumario del caso. Un correo electrónico, que llegó el 24 de enero de 2011 al área de Sanidad del Ayuntamiento de Fuenlabrada (Madrid), alertaba de irregularidades fiscales y laborales en el polígono Cobo Calleja.

El ciudadano aseguraba que en el polígono existía un almacén de venta al por mayor en el que la evasión fiscal era "del 80% o más". Además, denunciaba que "el año pasado", en 2010, se habían declarado siete millones y medio de euros "o menos", cuando la facturación había sido de casi 69 millones. Por otro lado, apuntaba también que los empleados trabajaban una jornada de diez horas, de 9 a 19.30 horas, cuando su seguro solo cubría entre 4 y 6.

En el sumario del caso se revela también la existencia de un confidente de la Policía que denunció que Haijun Xia, cercano a la cúpula investigada, es "el objeto principal" de la denuncia y que es cliente habitual de un restaurante de Leganés.

Precisamente es en este local donde, según el confidente, se reunían ciudadanos chinos que "compraban y consumían sustancias estupefacientes en su interior" y llevaban a cabo actividades relacionadas con la prostitución. Concretamente, se les acusa de consumir ketamina, una droga cada vez más consumida en España.

Tras esta denuncia la Policía comenzó a investigar la supuesta trama criminal que desembocó en el golpe contra la evasión de capitales, supuestamente dirigida por Gao Ping, ahora mismo en libertad tras declararse ilegal la prórroga de su arresto dictada por el Juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu.