ROSALÍA LLORET. PERIODISTA Y EXPERTA DIGITAL
OPINIÓN

A 120 gigabits por hora

Rosalía Lloret, periodista.
Rosalía Lloret, periodista.
JORGE PARÍS
Rosalía Lloret, periodista.

Debo de estar muy anticuada. Este verano alquilé un coche fuera de España y me pasé un buen rato buscando infructuosamente la ranura para CDs en el equipo de música (sí, confieso que todavía me quedan algunos compactos y que me hace gracia sacar alguno a pasear en vacaciones). “Conectamos la música del móvil  con el Bluetooth y ya está”, proponía impaciente mi sobrina desde el puesto del copiloto. Obvio. No es la primera vez que conecto mi Spotify Premium en el coche. Y este modelo ofrecía muy diversas opciones -con y sin cables- de conectar cosas al automóvil, o de conectar el automóvil con cosas. Todo, menos una ranura para CDs.

Durante toda la ruta, mi sobrina estuvo jugueteando con el equipo de a bordo y celebrando las opciones que ofrecía -en modo táctil o por voz- de controlar la música del móvil, recibir/realizar llamadas y mensajes; o de encontrar todo tipo de información en el navegador GPS, entre otras cosas. Una experiencia que me llevó a dos reflexiones. La primera es que a la mayor parte de la generación de mi sobrina –los famosos millennials-, le interesa mucho más la tecnología que incorporan los automóviles actuales y que le permite ‘conectarse’ con el exterior; que la cilindrada, la potencia o el agarre en curvas que maravillaban a generaciones anteriores. Basta ver muchos anuncios actuales de coches.

Y la segunda reflexión es que los medios de comunicación parecen solo interesarse actualmente por la nueva y fascinante tecnología que permite la conducción autónoma de automóviles, como los Tesla (en demasiadas ocasiones, para que algún ludita se congratule de sus fallos), y dejan de lado otros tantos avances muy interesantes que se están introduciendo en los coches actuales. No hablo de aplicaciones como Apple CarPlay o Android Auto, que han llegado recientemente al mercado y que nos permiten acceder ya a nuestras apps favoritas (como Google Maps, Spotify, Whatsapp, Podcasts o Siri) directamente desde el equipo de a bordo de algunos coches sin necesidad de tocar ni una vez el smartphone. Sino de herramientas que personalizarán completamente el automóvil a nuestros gustos y necesidades con solo poner las manos sobre el volante.

Gracias a cientos de sensores, algoritmos inteligentes y conexiones al exterior, el automóvil aprenderá de los usos y preferencias del conductor, entenderá el contexto de la ruta (día laboral, fin de semana, vacaciones, lluvia, arena, frío, día, noche, etc) y adaptará los parámetros de conducción y la información recibida en el salpicadero adecuadamente. Según el tipo de conductor, lugar, día, hora y condiciones de conducción; el coche conectado configurará automáticamente el asiento, la amortiguación o las velocidades, y predecirá la información que deseamos recibir en el salpicadero antes incluso de que la solicitemos: el parking más cercano a nuestro punto de destino en un día de trabajo, un bonito y bueno restaurante donde hacer parada para comer en nuestra ruta de vacaciones, o la temperatura de la calefacción en casa en nuestro camino de vuelta al hogar.

A medida que la colaboración entre marcas de automóviles y tecnológicas lo permita, estos parámetros podrán trasladarse fácilmente de un coche a otro, a modo de un ‘avatar-conductor’ que lleva incorporados nuestros gustos, preferencias y conexiones exteriores (todos los contactos de nuestros dispositivos móviles, amigos o aparatos en el hogar, por ejemplo). Una personalización ‘portátil’ especialmente interesante para una generación -volvemos a los millennials- que cada vez opta menos por la propiedad de las cosas y más por contratarlas cuando es preciso: en el caso de los coches, por el leasing, el renting o incluso el alquiler por horas. Si hoy podemos trasladar todos nuestros contactos y preferencias de un móvil a otro en un pis-pas, pronto haremos lo mismo de un coche a otro. Para conducir siempre ‘como en casa’.

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