La banda terrorista ETA quiso hacer estallar una bomba junto a las Torres Kio de Madrid a principios del año pasado. El comando Otazua, desarticulado la semana pasada por la Guardia Civil en Vizcaya, había sido elegido para perpetrar el atentado, colocando una furgoneta cargada con explosivos fabricados en Portugal, según fuentes de la investigación.
Esta información consta en las diligencias elaboradas por la Guardia Civil a partir de las declaraciones de los integrantes del comando Otazua, así como de la documentación incautada en la operación. Sin embargo, el juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska no incluyó estos datos en su auto del pasado sábado ya que los ha declarado secreto, han indicado las mismas fuentes.
El comando Otazua habría utilizado parte de los 1.500 kilos de explosivo que la banda almacenaba en Óbidos, una localidad cercana a Lisboa. Al menos 300 kilos estaban listos para ser utilizados de manera inminente cuando aquella base fue desmantelada el 5 de febrero de 2010.
Explosivos en Portugal
El hallazgo del escondite de ETA en Óbidos fue posible tras la detención, un mes antes, de los terroristas Iratxe Yañez y Garikoitz García, quienes fueron interceptados en la localidad zamorana de Bermillo de Sayago cuando trasladaban a la base portuguesa una furgoneta con material de la banda terrorista.
Según han indicado las fuentes consultadas, los terroristas encargados del mantenimiento de la base de Óbidos tenían la misión de suministrar los explosivos al comando Otazua y llevárselos desde el país luso hasta la capital de España para que dicho grupo de legales llevase a cabo el atentado.
La desarticulación de la base de Óbidos truncó los planes terroristas, precisaron estas fuentes.
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