¿Casados en España y solteros en Irlanda? Carlota Reviriego y Jorge Gutiérrez contrajeron matrimonio en octubre de 2009, aunque a estas alturas no tienen muy claro cuál es su estado civil. La embajada de España en Dublín, ciudad en la que residen desde hace ya casi cuatro años, fue el escenario en que esta pareja de españoles decidió darse el 'sí, quiero', poco antes de que naciera la segunda de sus hijas, Aldara.
"Nos casamos para evitar problemas: Irlanda es un país católico y allá dónde vas te ponen trabas si tienes hijos y no estás casado", explica Carlota, destacando que de esta forma pretendían evitar las dificultades a las que se ha enfrentado Jimena, nacida en España hace tres años.
Pero los problemas que tanto temían no tardaron en llegar. Aldara nació a finales de diciembre y todavía no existe ningún documento oficial que pruebe su existencia. Y es que el registro irlandés no admite inscribirla como hija de padres casados, ya que considera que el matrimonio de éstos carece de validez legal en ese país. "Nos dicen que Irlanda no reconoce los matrimonios realizados en embajadas cuando se han venido celebrando y reconociendo sin problemas", afirma Carlota.
"Sin incidencias", hasta ahora
Así lo corroboran fuentes de la embajada española en la capital irlandesa, que confirman a 20minutos.es que hasta este momento todas las bodas albergadas por esta delegación diplomática habían sido registradas y reconocidas "sin incidencias". Asimismo, precisan que desde 2004, fecha de la que data la legislación irlandesa que regula este ámbito, esta delegación diplomática ha sido sede de la celebración de cerca de medio centenar de bodas y dicen desconocer si estos problemas podrían extenderse a todas esas parejas.
Una ley vigente desde hace seis años
La explicación al conflicto parece hallarse en una reciente reforma en la aplicación de la legislación irlandesa de 2004, de la que la embajada española "no tiene constancia oficial".
Fuentes oficiales irlandesas contactadas por 20minutos.es han alegado que no se reconocen estos matrimonios puesto que la ley irlandesa no legitima al personal diplomático para celebrar dichas uniones, aunque la legislación tampoco lo impide. No explican, no obstante, por qué esta circunstancia no se ha comunicado en seis años de vigencia de la ley, durante los cuales estos enlaces han continuado realizándose, y si por tanto dicha consideración afectaría a todos los matrimonios celebrados hasta ahora. En todo ello subyacería, según apuntan fuentes oficiales, un intento del Estado irlandés de frenar la inmigración.
Por su parte, la representación diplomática española ha decidido suspender temporalmente los matrimonios previstos a la espera de reunirse con las autoridades irlandesas para pedir una justificación.
De momento, el registro irlandés sólo ofrece dos soluciones para la situación en que se encuentran Carlota y Jorge. La primera de ellas consistiría en casarse nuevamente, pero esta vez en territorio irlandés, una opción que, según matizan, "no es viable, porque para ello se necesita demostrar oficialmente que se está soltero y nuestro matrimonio está reconocido por España". La otra posibilidad pasaría por registrar a la niña como hija de padres solteros, con las desventajas que ellos pretendían evitar con su boda.
Mientras tanto, esta pareja espera que la gestión diplomática entre ambos países resuelva pronto su estado civil para poder así inscribir a su hija en el registro irlandés.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios