Zapatero defiende el término "identidad nacional" y Rajoy dice que el Estatut es el precio que tiene que pagar para gobernar

El jefe del Gobierno propuso el miércoles que el Estatuto defina a Cataluña como una "identidad nacional" y se mostró convencido de que la reforma culminará con éxito, mientras que para el líder del PP el texto está construido sobre el supuesto falso de que Cataluña es una "nación" y debe ser devuelto al parlamento autonómico.
Rajoy durante su intervención en el Congreso
Rajoy durante su intervención en el Congreso
Efe
Rajoy durante su intervención en el Congreso

En su intervención en el debate de toma en consideración del proyecto de reforma del Estatuto, José Luis Rodríguez Zapatero consideró que la propuesta tiene aspectos negociables y otros que habrá que modificar y pidió la colaboración "leal y sin temores" de todos los grupos.

Por contra, Mariano Rajoy planteó que se trata de una reforma de la Constitución "encubierta", que no será devuelta al Parlamento de Cataluña porque es "el precio político" que debe pagar Zapatero para gobernar y que sus socios aprueben los Presupuestos Generales del Estado.

El jefe del Ejecutivo defendió, en su primera intervención en el debate, la tramitación de la iniciativa y su aprobación con una serie de "modificaciones" y subrayó que hoy empieza el tiempo del acuerdo, la conciliación, el consenso y "el fin de la intransigencia".

'Identidad nacional' en vez de 'nación'

Además, fijó su posición ante los aspectos más polémicos de la propuesta estatutaria y defendió como alternativa al término "nación" para definir a Cataluña la fórmula de "identidad nacional", que, según afirmó, es perfectamente compatible con el artículo 2 de la Constitución, que considera a España como nación de todos.

En cuanto a la propuesta de financiación, consideró que habrá que introducir "modificaciones precisas", pero respetando "aspectos esenciales" y sin "desnaturalizar" el espíritu de lo acordado por el Parlamento catalán.

Zapatero advirtió de que "las competencias que la Constitución reserva en exclusiva al Estado son indisponibles por el legislador estatutario", aunque admitió que hay margen de negociación en las competencias compartidas.

El presidente del Gobierno defendió las propuestas de bilateralidad entre la Generalitat y el Estado en cuestiones circunscritas a la esfera catalana, como la lengua, pero consideró que de la misma manera que el Estado no debe imponer a Cataluña obligaciones en el ejercicio de sus competencias, tampoco el Estatuto debe imponerlas al Estado.

Rajoy: "La propuesta choca contra la Constitución"

Por contra, para Rajoy, la propuesta catalana "choca con la Constitución, es incompatible con ella y no se puede aplicar sin quebrarla", ya que el concepto constitucional de nación "está indisolublemente unido a la soberanía".

"Ojalá esta sinrazón pudiera corregirse con unos cuantos retoques; pero no es así ya que la distancia entre el Estatuto y la Constitución es tan abismal que cualquier acomodo resulta imposible", dijo Rajoy, quien advirtió de que la aprobación del Estatut es una "coartada" para que Zapatero lleve a cabo una reforma federal del Estado.

El líder del PP planteó que el presidente del Gobierno ha permitido que la propuesta se tramite como reforma estatutaria "a sabiendas" de que no es ni constitucional ni respetuosa con los intereses generales, pero que ha estado de acuerdo en cometer este "fraude" para no "perjudicar" al Gobierno.

Así, recordó que el Gobierno y el Grupo Socialista rechazaron el Plan Ibarretxe argumentando que no era constitucional, y que ahora no rechazan la propuesta catalana porque si Zapatero "no asegura el trámite del Estatuto no puede gobernar".

En esta situación, para Rajoy, sólo hay tres posibilidades: devolver el texto a sus autores para que "procedan a una nueva redacción acorde con la Constitución"; tramitarlo como reforma constitucional o establecer un procedimiento para la tramitación de estatutos sobre la base del consenso constitucional".

Aseguró que si no se acepta ninguna de estas propuestas el PP entiende que no existe "voluntad de acuerdo, al menos dentro de la ley", y precisó que en ese caso "por primera vez en la historia de nuestra democracia puede ocurrir que un Estatuto de Autonomía se apruebe de espaldas al consenso constitucional".

Otras intervenciones

Por su parte, el portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Durán Lleida, dijo que "no podemos permitirnos que en esta hora de España sea el fracaso el que resulte vencedor" y rechazó que la propuesta de reforma sea insolidaria o no haya cumplido los trámites previstos.

El portavoz de ERC en el Congreso, Joan Puigcercós, pidió al PSOE que vote en contra de la toma en consideración de la propuesta si lo que pretende es "desnaturalizar" el texto en su tramitación parlamentaria.

El portavoz del PNV, Josu Erkoreka, arremetió contra el "talibanismo constitucional" y trasladó a los representantes del Parlamento de Cataluña su "solidaridad y apoyo".

El coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, apreció positivamente la "hoja de ruta" marcada por Zapatero para la tramitación parlamentaria de la reforma del estatuto.

El debate parlamentario se abrió a las 13.00 horas con las intervenciones de los representantes de CIU, PSC y ERC en el Parlamento de Cataluña, que pidieron al Congreso que respalde la toma en consideración del nuevo Estatuto de Autonomía de Cataluña.

A esa misma hora, el PP formalizaba ante el Tribunal Constitucional un recurso de amparo contra la tramitación de ese texto.

El primero de los representantes del Parlamento de Cataluña en tomar la palabra fue el presidente de CiU, Artur Mas, quien pidió al Congreso que actúe con "sentido de Estado, con mayúsculas" en el tema del Estatuto.

A continuación, la portavoz del PSC en el Parlamento catalán, Manuela de Madre, reconoció que el texto estatutario que viene de Cataluña "quizás sea mejorable y pueda precisarse", para lo que pidió la "implicación responsable" del Congreso, "para que sea de todos los españoles".

El último de los representantes del Parlament en tomar la palabra fue el presidente de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, quien aseguró que detrás de ellos se encuentra "una nación que no piensa dejar de serlo"

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