Un informe de la Guardia Civil asegura que Marruecos exculpa a la Benemérita de la muerte del camerunés

La Gendarmería Real marroquí cree que la muerte el pasado domingo de un subsahariano cuyo cadáver fue trasladado hasta la frontera de Melilla no guarda relación con la actuación de la Guardia Civil para impedir la entrada de inmigrantes en territorio nacional, según un informe elaborado por la propia Guardia Civil.

Dicho informe recoge los datos que representantes policiales marroquíes trasladaron anoche a varios mandos de la Guardia Civil con los que mantuvieron una reunión en la que se trató de las formas de colaboración entre ambos cuerpos, de las últimas entradas masivas de inmigrantes y de la investigación de este suceso.

Según este informe, la Gendarmería marroquí considera "insuficiente y poco creíble" la declaración del único testigo, otro subsahariano, que dice haber presenciado la muerte del inmigrante, señala que en el reconocimiento superficial practicado al cadáver no se observan signos de violencia y concluyen que su fallecimiento "ha podido producirse por accidente o cualquier otro motivo y no necesariamente en territorio español ni junto al vallado".

Los guardias civiles que asistieron a la reunión con sus colegas marroquíes refieren en su informe que "no se ha observado en los mandos e instructores (marroquíes) de las diligencias inquietud alguna por vincular el hecho con la actuación de la Guardia Civil en el perímetro fronterizo" y añaden que, "inicialmente, su línea de actuación tampoco da preferencia a esta hipótesis".

Dicen también que "la única circunstancia" que relaciona la muerte del inmigrante con el instituto armado es la declaración "de un único testigo", también subsahariano, "que dice que acompañaba al fallecido y que ambos fueron interceptados por la Guardia una vez superada la doble valla".

Según relataron los miembros de la Gendarmería marroquí, el testigo "dice también que la Guardia Civil le disparó al fallecido a bocajarro tres veces con balas de caucho y que después le reintegraron a territorio marroquí".

La investigación que está llevando a cabo la Gendarmería Real se centra en la declaración de este testigo y en el resultado de la autopsia, puesto que "no hay más testimonios" de agentes marroquíes o de inmigrantes subsaharianos a pesar del gran trasiego de personas que se encontraban en el punto fronterizo en el que supuestamente tuvo lugar el suceso en el momento del intento de entrada masiva.

Además, las autoridades marroquíes "consideran la declaración del inmigrante nada fiable, ya que tres disparos a corta distancia hubiesen dejado notables heridas o hematomas que no se han observado en el reconocimiento superficial practicado al cadáver".

En ese primer examen, señala el informe, "no se han observado impactos de pelotas de goma ni proyectiles, ni heridas, quemaduras o restos de pólvora". Sobre el testigo, la Gendarmería sospecha que su intención al declarar e implicar a la Guardia Civil oculta la intención "de ser reclamado por las autoridades españolas y acceder a territorio nacional".

El informe finaliza diciendo que, en la situación actual y a la espera del informe forense, "la Gendarmería considera insuficiente y poco fiable la declaración del testigo" y estima que "no hay indicios determinantes para vincular a la Guardia Civil".

Las autoridades marroquíes concluyen, en definitiva, que "la muerte ha podido producirse por accidente o cualquier otro motivo y no necesariamente en territorio español ni junto al vallado".

Versión de Médicos Sin Fronteras

Sin embargo, la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF), que trabaja en la zona, afirma que uno de sus empleados vio un hematoma circular en el cadáver del camerunés; una lesión típica de las balas de goma.

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