¿Qué siente por la ciudad? Yo siento un profundo amor y pasión. La verdad es que me encanta mi ciudad.

¿Cómo es el carácter de los zaragozanos? Abierto y hospitalario, como se ha visto en la Expo.

Un lugar especial... La Catedral de la Seo es una maravilla y me gustaba perderme por cualquier calle del Casco, por el Parque Grande o por el Parque del Agua.

¿Por dónde suele salir? Por la noche me gusta el ambiente del centro, especialmente tomar algo en las terrazas y los bares de la calle Cádiz.

Una piscina para nadar... El polideportivo Siglo XXI tiene una de 25 metros que es muy cómoda. Además tiene unos chorros de hidromasaje que son geniales para relajarse.

¿Cuánto entrena? En plena temporada entreno entre seis y siete horas al día de lunes a domingo. Si no estoy compitiendo, nado como mínimo dos horas al día.

Es muy sacrificado el deporte... La familia y los amigos a veces se resienten. Menos mal que siempre están ahí, apoyándome.

¿Cómo están las instalaciones deportivas en la ciudad? Hay bastantes posibilidades en distintos puntos de Zaragoza, tanto municipales, como privadas, sin olvidar el Parque Deportivo Ebro.

¿Y la cantera? Hay gente muy joven a la que le encanta la natación y están obteniendo marcas muy buenas.

Y las Olimpiadas... Me han salido redondas y ahora estoy en una nube. Una siempre piensa con ambición: yo iba a por las cinco medallas que conseguí. Sabía que era difícil, pero pensé que podía hacerlo.

¿Cuándo comenzó a nadar? Fue de casualidad. A finales de 1996 me metí un día en la piscina y vi que me gustaba nadar.

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