A la semana de anunciar que se tomaba una excedencia, Travis Kalanick ha dejado su puesto como consejero delegado de Uber de forma definitiva. The New York Times publica que ha tomado esta decisión después de que los cinco mayores inversores de la empresa escribieran una carta pidiendo su dimisión.

En el escrito, los firmantes aseguran que la compañía necesita un cambio de liderazgo. El diario estadounidense informa de que Kalanick, quien mantendrá su puesto en el consejo de administración, ha cedido a las presiones tras consultarlo con varios directivos.

"Amo a Uber más que nada en el mundo y en este difícil momento en mi vida personal he aceptado la petición de los inversores de hacerme a un lado para que pueda volver a crecer y no distraerse con otra pelea", afirma Kalanick en un comunicado enviado al periódico.

Los accionistas se habían mostrado molestos por los últimos escándalos y habían expresado preocupación sobre posibles caídas en su valor como consecuencia de ello. La compañía se encuentra inmersa en una investigación interna motivada por denuncias de acoso sexual y discriminación.

Además de esa polémica sobre su cultura corporativa, Uber tiene otros frentes abiertos: una querella de la matriz de Google, Alphabet, por el supuesto robo de información sobre coches autónomos y una investigación federal sobre sus operaciones de negocio.

Recientemente, la compañía admitió haber retenido por error millones de dólares a sus conductores neoyorquinos durante unos dos años.