Los estudiantes andaluces podrán faltar a clase, con permiso de sus padres, en estos cuatro días lectivos que restan de curso debido a las altas temperaturas.

La Consejería de Educación ha emitido este lunes una circular en la que informa de que, dada la situación excepcional de "ola de calor" que se está sufriendo en los últimos días tanto en Andalucía como en el resto del país, y que se prevé que no remita en los próximos días, la Administración autonómica considerará "justificada" la falta de asistencia a clase por parte de los estudiantes durante los cuatro días que restan para que finalice el curso escolar, siempre y cuando haya sido comunicada por la familia del alumno.

Así, los centros docentes, "en aplicación del principio de autonomía organizativa", podrán flexibilizar el horario de los niños para adaptarse a las circunstancias actuales de altas temperaturas, que en algunas aulas han llegado a rozar los 40 grados, provocando lipotimias en algunos alumnos.

En cualquier caso, Educación remarca que "quedará garantizado el cumplimiento del horario general del centro, la evaluación del alumnado y la prestación de los servicios complementarios". Los centros docentes deberán informar al Consejo Escolar de las medidas que adopten y, especialmente, a las familias mediante los cauces habituales de cada colegio.

La Confederación Andaluza de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (Confedampa) había anunciado este lunes que había remitido una carta a la nueva consejera de Educación, Sonia Gaya, pidiéndole que las clases finalizaran ya. "Le ruego en nombre de las familias andaluzas, y en la medida de lo posible, que dé por finalizadas las clases y todas las actividades extraescolares de este curso", señalaba el presidente de la confederación, José Manuel Nieto.

Más allá de esta medida de urgencia, los sindicatos exigen al Gobierno andaluz que resuelva los problemas de climatización en las aulas, que la consejería achaca al "sobrecalentamiento" producido en las instalaciones.

CC OO ha anunciado que iniciarán reclamaciones urgentes ante la Inspección de Trabajo cuando tengan conocimiento de centros en los que se superen los 27 grados centígrados. La organización recuerda que el Real Decreto 486 de 1997 sobre seguridad y salud en los puestos de trabajo establece que la temperatura en los lugares donde se realizan tareas de carácter sedentario debe oscilar entre los 17 y los 24 grados en invierno y entre los 23 y los 27 en verano.

Y este último valor máximo "se está incumpliendo en numerosos centros andaluces de todos los niveles educativos", lo que puede suponer "dañar la salud y producir catarros, molestias e incomodidad para los trabajadores y los alumnos" e, incluso, "dar lugar a pérdidas de conocimiento, mareos, vértigos, trastornos circulatorios y cardíacos".

La Confederación General de Trabajadores (CGT), por su parte, asegura que ya ha presentado recientemente 50 denuncias ante la Inspección por las temperaturas "extremas".

El sindicato Ustea recuerda que lleva "años" reivindicando la "mejora de las instalaciones para que cumplan los parámetros establecidos de salud". Pero consideran que Educación "no ha hecho nada, excepto ganar tiempo". Exigen la "climatización de los centros" y un conjunto de medidas con un "enfoque bioclimático", con "soluciones concretas a las necesidades inmediatas de cada centro".

Hace tan solo unos días, y en contra de la opinión de su antecesora en el cargo, Adelaida de la Calle, la recién nombrada consejera Gaya se comprometió con las asociaciones de padres y madres de alumnos a "abordar" los problemas de climatización de los colegios, lo que supondrá la instalación de aparatos de aire acondicionado, aunque no de forma generalizada.