Un testigo cuenta que dejó la parroquia porque veía "excesivo cariño" en los Romanones

El padre Román, único acusado por supuestos abusos en el caso Romanones, a su llegada a la Audiencia de Granada.
El padre Román, único acusado por supuestos abusos en el caso Romanones, a su llegada a la Audiencia de Granada.
MIGUEL ÁNGEL MOLINA / EFE
El padre Román, único acusado por supuestos abusos en el caso Romanones, a su llegada a la Audiencia de Granada.

Uno de los amigos del denunciante por el que se inició la causa judicial del caso de los Romanones ha explicado que, en el entorno del único acusado de abusos sexuales continuados al entonces menor, notó "excesivo cariño" y ha descrito "besos en el cuello, mucho contacto físico", aunque no abusos.

José Manuel S. ha declarado como testigo de las acusaciones en la cuarta sesión del juicio, que se celebra desde el lunes en la Sección Segunda de la Audiencia de Granada, y ha detallado que en el entorno del padre Román y el resto de curas y laicos inicialmente implicados vio "excesivo cariño".

"Gracias a Dios a mí no me han tocado ni han abusado de mí", ha subrayado el joven, que ha recalcado ser "amigo íntimo" del denunciante y que ha explicado que abandonó el entorno de la parroquia tras vivir "cosas que no veía normales, situaciones que no eran cómodas" como caricias en el muslo cerca de la zona genital en el salón mientras veían en grupo la televisión.

Ha narrado una situación especial durante unas convivencias en la casa de Pinillos, donde ha dicho que vio a los sacerdotes salir de la piscina y desnudarse todos, que le invitaron a hacer lo mismo "y no lo vi normal, no estaba acostumbrado a ver personas desnudas, no me agradaba".

Ha explicado además que en ese fin de semana le dijeron que tenía que dormir con el padre Román, a lo que se negó, que el único acusado le propuso que le hiciera un masaje que tampoco le dio, asegurando que durante toda la conversación el cura estuvo "en calzoncillos". Y que tras dormir esa noche en un colchón en el suelo entre dos adultos, se marchó de Pinillos y se separó del entorno parroquial.

"Era demasiado cariñoso, con besos en el cuello, caricias, abrazos, mucho contacto físico que veía excesivo, me incomodaba", ha declarado este testigo, que ha dicho que se "guardó" sus impresiones, que no compartió con el denunciante hasta años después.

"Los dos sabíamos que había algo pero evitamos el tema", ha apuntado para describir que no compartió con el denunciante sus temores.

Otras versiones diferentes

Otro testigo ha narrado otra situación en la que, estando en la vivienda del padre Román por ser invitado a pasar la noche, se fue a duchar tras hacer ejercicio y "al descorrer la cortina se lo encontró allí", momento en el que el sacerdote "extendió la mano hacia sus genitales". Afirma que en aquel momento, con unos 20 años, se tapó y tras vestirse y cenar "se fue de allí en cuanto pudo y sin decir nada", tras lo que se alejó también del que hasta entonces consideraba "un líder" y una persona "apreciada" en el grupo.

En contraposición, otros dos testigos, concretamente dos mujeres, han negado haber sufrido los supuestos abusos sexuales por parte del padre Román que el denunciante les atribuye. Una de ellas ha sido una joven que conoce al padre Román desde los 13 años, que ha participado de manera intensa en las actividades parroquiales y que ha dormido en algunas de las propiedades que tiene este grupo de sacerdotes.

Ha garantizado que nunca ha sido objeto de abusos ni ha protagonizado una escena sexual junto al padre Román y el denunciante de los abusos. Tampoco ha visto "nunca" que los curas se besaran entre ellos en la boca ni ha oído "rumores" o "quejas" de padres cuyos hijos reciben catequesis por un comportamiento inadecuado del sacerdote.

Afirma que el denunciante siempre le dijo que quería ser cura y ha ha tachado lo que cuenta como una "barbaridad" y a lo que no ve "explicación alguna".

En el mismo sentido se ha pronunciado otra testigo que dio catequesis al denunciante y que afirma que jamás le hicieron proposición sexual de ningún tipo, al tiempo que ha calificado al sacerdote como "seco, distante y muy respetuoso".

Relata que la supuesta víctima le contó sus pretensiones de denunciar, diciéndole que "ya había convencido a dos chicos más" para que le apoyaran y trató de convencerla a ella de que había sufrido abusos, extremo que ha negado tajantemente, subrayando que el padre Ramón ha sido su párroco de siempre y de hecho, ofició su boda.

"Muy seguro de lo que decía"

En esta cuarta sesión también ha declarado una profesora y conocida del denunciante, cercana a la parroquia del padre Román, para el que la Fiscalía solicita nueve años de cárcel por un delito de abuso sexual con acceso carnal.

Ha explicado que el joven le contó en julio del 2014 que había sufrido abusos y ha recordado que "estaba absolutamente decidido a denunciar" y "firme, muy firme y muy seguro de lo que decía" sobre los abusos que sufrió en el entorno de los Romanones durante varios años.

El joven que denunció los abusos sexuales consideró este miércoles durante su declaración que el comportamiento del grupo era similar al de una secta, reiteró que sufrió vejaciones y violaciones y explicó que tardó en denunciar porque estaba anulado por el único procesado.

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