Londres rinde pleitesía al incisivo fotógrafo Terence Donovan a los 20 años de su suicidio

  • 'A la velocidad de la luz' es la mayor retrospectiva de uno de los más dotados y prolíficos fotógrafos ingleses de la segunda mitad del siglo XX.
  • La obra de Donovan (1936-1996), que se ahorcó en su estudio durante un severo episodio depresivo, pobló durante cuatro décadas las grandes revistas del mundo.
  • Dejó un archivo de un millón de negativos y retrató a todas las figuras del cine, la música, el arte, la moda... Sin su mirada el 'Swinging London' no existiría.
Terence Donovan retrató así en 1966 a Twiggy, la más conocida 'top model' del Swinging London
Terence Donovan retrató así en 1966 a Twiggy, la más conocida 'top model' del Swinging London
© Terence Donovan Archive - Courtesy of the Terence Donovan Archive
Terence Donovan retrató así en 1966 a Twiggy, la más conocida 'top model' del Swinging London

En la última entrevista que concedió, pocas semanas antes de ahorcarse en su estudio de Londres, Terence Donovan (1936-1996) justificó la luminosidad y alegría que desprenden su fotografía asegurando que no le importaba un comino el "lado triste de la vida". Ante la insistencia del entrevistador, remachó: "Ya he tenido bastante oscuridad con mi propia vida". En medio de un severo y largo episodio depresivo, unas semanas después cometió el suicidio.

En 2016 se cumple un doble aniversario en el caso de quien fuera uno de los más incisivos, dotados y prolíficos fotógrafos ingleses de la segunda mitad del siglo XX: el 80º del nacimiento, en una familia humilde —el padre era camionero— establecida en el este obrero de Londres, y el 20º de la muerte en un momento en que nadie le discutía el papel como uno de los retratistas básicos del Reino Unido. Dejó tras él un asombroso archivo de un millón de negativos y captó a todas las figuras del cine, la música, el arte, la moda y la política.

Cinturón negro de judo

Pese a la importancia e influencia de Donovan —un tipo que, además, no era engreído y siempre se comportaba con corrección y elegancia pese a su afición al alcohol y su cinturón negro de judo—, los museos y galerías del Reino Unido no han sido correctos con uno de los mejores cronistas de Londres desde la postguerra hasta los años ochenta, pasando, sobre todo, por la edad de oro del Swinging London, cuando la ciudad era el centro mundial de la cultura pop.

El pecado del olvido queda en parte perdonado con la antología Terence Donovan: Speed of Light (Terence Donovan: a la velocidad de la luz), que la Photographer's Gallery programa desde el 15 de julio hasta el 25 de septiembre. El título procede de una expresión utilizada con frecuencia por el fotógrafo para exigir dinamismo, agilidad, alegría y ferocidad vital a sus modelos.

Un 'transformador'

La muestra, que combina las obras originales de un genio "transformador" que "llevó los límites de la técnica fotográfica más allá de lo posible" con la exhibición de material impreso, hojas de contactos, cuadernos de notas, bocetos y cámaras usadas por Donovan, abarca todos los subgéneros que atravesó el fotógrafo: los retratos, los editoriales de moda, el documentalismo, los desnudos... También se exhibirán algunos de sus trabajos audiovisuales, como el clip de promoción de 1986 para la canción de Robert Palmer Addicted to Love.

Pese a que las fotos de Donovan poblaron todas las revistas inglesas durante más de cuatro décadas —desde las de referencia como Vogue o Elle, hasta las más atrevidas gráficamente, como la inolvidable Nova, de la que fue fotógrafo de cabecera—, sólo se había editado una antología de su obra en formato de libro y estaba agotada desde hace cincuenta años. En 2012 llegó, al fin, Terence Donovan Fashion fue señalado de modo unánime por la crítica como el mejor foto libro de moda del año.

Empezó a los 11 y a los 22 abrió estudio

Donovan empezó a hacer fotos por su cuenta a los 11 años. A los 15 cuando consiguió un empleo como ayudante y a los 22 ya tenía un estudio propio en el barrio de Mayfair, en el que trabajaría hasta la muerte. En los años sesenta se dio cuenta de que la cultura juvenil inglesa estaba cambiando y se empeñó en retratar el proceso. Junto con Brian Duffy, David Bailey y Terry O'Neill, conocidos como los Terrible Three (los Tres Terribles) por su comportamiento sin compasión en los escenarios de las noches locas londinenses, Donovan fue el gran fotógrafo de aquel tiempo.

A diferencia de sus compañeros de generación, Donovan se concentró en la moda y ayudó a renovar el estilo mediante un afán constante de investigación y experimentalismo. Fue el fotógrafo favorito de aquellas top británicas que inundaron las publicaciones con su desenfado aniñado y deslumbrante: Twiggy, Veruschka, Peggy Moffitt, Penelope Tree y Jean Shrimpton. A esta última le confesó en 1963: "La fotografía me proporciona una fascinación inmediata. Cuando deje de fascinarme la dejaré".

Sociedad 'demasiado suave'

Aunque en los años ochenta tuvo un repunte de creatividad —que le hizo enfrentarse a una nueva generación de modelos, entre ellas Cindy Crawford y Naomi Campbell—, una profunda tristeza se instaló en su ánimo. Opinaba que la sociedad era "demasiado suave" y había dejado de considerar la duda como necesario aliciente.

En la entrevista cercana al suicidio mencionó que la publicidad se estaba aferrando a la fórmula segura y empleando la "holgazanería" para no experimentar. "Lo puedes ver en toda este regeneración de material antiguo, desde la música de los años sesenta a los viejos coches estadounidenses en el desierto. Esa no es la respuesta. No digo que debas ser original a la fuerza, que no absorbas osmóticamente, lo que digo que es debes devanarte los sesos y no creo que eso se haga con frecuencia", añadió.

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