Países que ganan dinero por pedir prestado, clientes que pagan por guardar su dinero en el banco, extractores de petróleo que regalan su producto e incluso pagan al interesado... la llamada economía D.C. (Después de la Crisis) está ofreciendo absurdos económicos en la senda de recuperación del crack de 2008.

Pero hete aquí que al terremoto de aquella recesión, de la que parecía que ya nos recuperábamos, podría seguirle una réplica en breve. En 2017. Nada que ver con incertidumbres internas españolas. No. Sería un 'hipo' global con varios epicentros y produciría otra recesión, una nueva ronda de capitalización bancaria, un crudo a 70 dólares y (ojo a esto) la vuelta de un modelo casi extinto en Occidente: el capitalismo de Estado.

"Es tan válido como cualquier otro sistema, siempre que sea transitorio", explica a 20minutos Juan Ignacio Crespo, autor de ¿Por qué en 2017 volveremos a entrar en recesión? (Ed. Deusto, 2016) y uno de los economistas que predijo la pasada Gran Recesión. Según Crespo, ocurrirá de este modo. Las bolsas se hundirán y los Bancos Centrales comprarán títulos de las compañías para salvarlas. De las grandes y sistémicas, claro. "El Estado, así, volvería a ser propietario de las grandes empresas", dice Crespo. En España, por ejemplo, retrocederíamos a la era del INI.

Crespo, miembro del Cuerpo Superior de Estadísticos del Estado, otorga un "80% de posibilidad" a que se produzca esta nueva recesión en 2017 y regrese un modelo que, apunta, "normalmente se acompaña de Gobiernos autoritarios, pocas libertades públicas y mayor intervención económica". Todo un reto democrático para el político a quien le toque gestionar este momento porque según este experto "siempre hay una tentación para intentar alargarlo".

Sin embargo, sería solo una fase de 5 a 10 años. "No veo peligro de que se prolongue más. El capitalismo de Estado siempre acaba en un callejón sin salida: al final prima la rentabilidad empresarial... y con este modelo no suele ser especialmente buena".

Pero, ¿cómo se llegará a este extremo? ¿Y qué motivará este 'hipo' recesivo el próximo año? Crespo apunta en su ensayo de 319 páginas varios indicadores (acompañados de gráficos para que el lector pueda unir razones y tendencias). Pero subraya tres gordos: la crisis de las materias primas, la caída de beneficios empresariales en EE UU y sobre todo la desaceleración en China. Un factor, este último, que Rajoy desdeñó hace meses que fuese a influir en España. "Le contestaría con el título de una película italiana: La Cina è vicina", afirma con sorna Juan Ignacio Crespo.

Aún no damos a China la importancia que tiene, dice. Y no ayuda la distancia geográfica e histórica para ponderar que su PIB es el segundo mayor del planeta; que su deuda se ha multiplicado por cuatro –hasta 28 billones de dólares– durante la crisis, que su economía se ha enfriado –crecía al 15% en 2007 y ahora solo al 6,7%– , que se halla en plena reinvención desde 'fábrica del mundo' a economía de consumo y que, añade Crespo, "alberga una burbuja crediticia similar a la que provocó en Occidente la catástrofe de 2008".

La desaceleración de China, que consumía años atrás la mitad de las materias primas mundiales, está hiriendo además de muerte a quien las vende: Brasil, Rusia –ambos países ya en recesión– y al resto de emergentes exportadores de minerales. Al tener menos pedidos chinos, el precio de su bien decae.

"Históricamente, desde 1950, cuando las materias primas empiezan a derrumbarse, siempre se ha producido una recesión cinco años después", dice el autor. De este recuerdo estadístico extrae Crespo parte de su funesta previsión.

Las materias primas empezaron a caer en 2011, así que la recesión se iniciaría a finales de 2016 y provocaría esa espiral de hielo en el comercio mundial, caída de beneficios, compras de banca central... y capitalismo estatal. "Será una etapa de penitencia que durará dos años, pero luego vendrá un crecimiento sostenido que no tuvimos en los últimos 10 años", vaticina Crespo sobre un panorama más brillante que llegará hasta 2035.

A España, según Crespo, le llegará en 2017 "un coletazo" de la nueva recesión. La afrontaremos más sanos que en 2008, pero la tasa de paro volvería rápidamente al 26% desde el 21% actual... para después volver a caer progresivamente. "Y eso sin contar que debemos cumplir el objetivo de déficit en 2017, que puede suponer un ajuste de 23.000 millones entre recortes de gasto y aumento de ingresos".

"Hay que evitar como sea que se hable de deuda. Solo cuando se desconfía sobre un Estado es cuando se crea un problema. Y cuanto más se habla del problema, peor. Por eso es necesario bajar el déficit, que provoca el endeudamiento", dice este analista, que aconseja no desmarcarse del resto para no descarrilar. "Francia se expandió a principios de los 80 cuando el mundo estaba en recesión y terminó devaluando tres veces el franco.

Quién ocupe el despacho de La Moncloa no es una variable fundamental para Crespo porque difícilmente se podrían aplicar políticas distintas a las que se dictan desde organismos de rango superior. "Mi consejo es tener el mismo entusiasmo en elegir el presidente del país... que al elegir presidente de la comunidad de vecinos. Muchas de estas propuestas son un brindis a las urnas".