Parece que algo se mueve en el escenario político español. Después de que este miércoles el candidato del PSOE, Pedro Sánchez, no lograse el apoyo del Congreso en la primera votación para ser investido presidente del Gobierno, los partidos han llamado a filas a sus respectivos equipos para repensar la estrategia y calibrar los siguientes pasos. Todos, en apariencia, se muestran dispuestos a mover ficha para evitar nuevas elecciones y hablan de "mano tendida"... Pero a partir de la semana que viene, cuando instan a abrir un nuevo periodo de negociaciones.

En la práctica eso viene a significar que dan por perdida la segunda votación de investidura de Sánchez, prevista para este viernes. El PSOE lo sabe, aunque de puertas afuera no lo reconozca y haya reunido este jueves a su equipo negociador. La idea es dar la imagen de que luchará hasta el último momento por lograr el apoyo suficiente, para el que bastaría la abstención de Podemos o PP, a su acuerdo de Gobierno con C's, con el que Sánchez pretende superar el "bloqueo" de la situación política y activar lo que denomina como un "Gobierno del cambio, progresista y reformista".

Por un lado, activado ya el plazo de dos meses hacia la celebración de nuevos comicios, el presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, tiene previsto llamar a Sánchez a partir del sábado para negociar un posible acuerdo. Así lo ha anunciado este jueves la secretaria general de los populares, María Dolores de Cospedal, en una entrevista en Tele 5. En ella ha asegurado que el presidente en funciones reiterará su propuesta de gran coalición con Ciudadanos, liderada por Rajoy. "El PP va estar "luchando hasta el último día" para lograr un "Gobierno estable", ha dicho Cospedal, que ha criticado a Sánchez por presentarse a la investidura "con un programa que no había sido consensuado con las suficientes fuerzas políticas".

"O aquí nos entendemos entre el PSOE y el PP o no hay posibilidades de hacer Gobierno", ha afirmado también el portavoz parlamentario del PP, Rafael Hernando, que ha admitido que su partido sigue queriendo pactar con los socialistas. Para ello, les gustaría reunirse con el PSOE "cuanto antes",  una vez que pase la segunda votación de la investidura. "El lunes o el martes, veremos cómo lo producimos", ha dicho.

Si esa llamada se produce, Sánchez descolgará el teléfono, ha respondido el portavoz parlamentario socialista, Antonio Hernando, pero la respuesta seguirá siendo la misma. " Si a estas alturas alguien cree que llegaremos a algún acuerdo con Rajoy es que no ha visto el debate de quince horas que ha tenido lugar en las Cortes", ha sentenciado.

Por parte de Podemos, el secretario de Organización, Sergio Pascual, ha afirmado que es posible el diálogo entre su partido y el PSOE, a pesar de la "crudeza" con la que se expresó Iglesias en el debate de investidura. Pascual ha apostado por que el diálogo empiece cuanto antes", "si puede ser el sábado". "Nos estamos jugando mucho los españoles y los candidatos se expresan con crudeza, pero evidentemente lo que importa es buscar soluciones y tenemos dos meses para ello", ha dicho en declaraciones a RNE.

Eso sí, Pascual ha insistido en que para dar soluciones a los españoles hay que sentarse en la mesa "a cuatro", PSOE, Podemos, IU y Compromís, que suman 161 escaños, más cerca "de los 169 que tuvo Zapatero —hacen falta 176—que de los 130 que ayer recibieron el no", en alusión al pacto PSOE-Ciudadanos, rechazado por el conjunto de la izquierda.

Esta idea ha sido apoyada por el portavoz de IU-UP, Alberto Garzón, que ha anunciado que tan pronto como pase la segunda votación de Sánchez, que da por fracasada , convocará una reunión de la mesa 'a cuatro' para poner en marcha las negociaciones entre fuerzas de izquierdas. Y en la misma línea se ha expresado la portavoz de Compromís, Mónica Oltra.

La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, prefiere no esperar tanto, y ha instado a "las fuerzas del cambio" a apoyar este viernes a Sánchez. "Como ciudadana y también como alcaldesa creo que no es bueno que estemos sin Gobierno, lo peor que nos puede pasar a la ciudadanía en general es que haya que repetirlas (las elecciones). Yo desearía con todas mis fuerzas que del próximo debate saliese un acuerdo con un Gobierno fuerte de cambio", ha dicho la regidora municipal, que gobierna gracias al apoyo del PSOE. "Me parece que sería bonito que hubiera este apoyo a quien está solicitando la investidura. Eso conformaría un Gobierno de progreso, un Gobierno de cambio", ha añadido.

Las palabras de Carmena no han tardado en ser utilizadas por el PSOE.  "Le pedimos a Iglesias y a Podemos que atiendan lo que les dice la alcaldesa de Madrid", ha afirmado inmediatamente el portavoz socialista en el Congreso, lo que ha llevado a Carmena a tener que matizar sus afirmaciones. "Un gobierno fuerte y del cambio es un Gobierno de coalición entre el PSOE y Podemos. Que nadie me malinterprete", ha explciado la alcaldesa en Twitter.

Entretanto, el presidente del Ciudadanos, Albert Rivera, ha seguido este jueves en su línea de mano dura con Rajoy, a quien ha acusado de romper "todos los puentes" entre el PP y su formación por no haber querido reunirse con él antes de este viernes.  "El problema de Rajoy", ha dicho, es que "no tiene credibilidad" para decir ahora que va a hacer, con mayoría simple y dialogando con todos y luchando contra la corrupción, lo que no ha hecho con mayoría absoluta. ¿Alguien se imagina a Mariano Rajoy eliminando Diputaciones, aforamientos, y luchando contra la corrupción? Eso no es creíble a ojo de cualquier ciudadano español".

Los populares, según el líder de Ciudadanos, "tienen que pasar página", porque hay votantes que "no comparten el inmovilismo" del presidente en funciones y la "permisividad que ha habido con la corrupción" en los últimos años. "Si el PP cree que el futuro del PP pasa por Rajoy, allá ellos, pero yo creo que el futuro de España no puede depender de un candidato que le dicho no al rey". No obstante, seguirá intentando hablar con el PP, por lo que ambos dirigentes políticos tienen prevista una reunión en los días posteriores al segundo intento de Sánchez.

La próxima semana es, pues, la próxima parada de un horizonte incierto en el que una aritmética endiablada amenaza, cada vez más, con nuevas elecciones. Pero para ello, Sánchez tendrá que fracasar antes en su segunda votación, conviertiéndose así en el primer candidato a presidente de la democracia que se presenta a un proceso de investidura y no consigue ser elegido.