EE UU condena el atentado contra un convoy militar turco en Ankara que causó 28 muertos

Explosión de una bomba en Ankara.
Explosión de una bomba en Ankara.
EFE
Explosión de una bomba en Ankara.

El Gobierno de Estados Unidos condenó "en los mayores términos posibles" el atentado con bomba perpetrado en una zona residencial de Ankara contra un convoy militar, que causó al menos 28 muertos y 61 heridos.

"EE UU condena en los mayores términos posibles el ataque de hoy en Ankara. Nuestros pensamientos y rezos están con las familias y seres queridos de todos aquellos quienes han sido asesinados y heridos, incluidos miembros del Ejército turco", indicó en un comunicado el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Ned Price.

"Estamos junto a Turquía, un aliado de la OTAN, un socio fuerte, y un valioso miembro de la coalición contra el Estado Islámico, tras este ataque y reiteramos nuestra cooperación ya en marcha y apoyo en la lucha contra el terrorismo", apuntó.

También el secretario de Defensa de EE UU, Ash Carter, trasladó sus "más profundas condolencias" a los familiares de los fallecidos y condenó el "ataque cobarde" que sólo "refuerza nuestra cooperación ya activa en la lucha contra el terrorismo".

Por su parte, el viceportavoz del Departamento de Estado, Mark Toner, aseguró que "EE UU condena de manera contundente el ataque terrorista contra personal militar y civiles turcos hoy en Ankara".

"Extendemos nuestras condolencias a las familias de los fallecidos y deseamos una rápida recuperación a los heridos", señaló Toner. "Reafirmamos nuestra sólida colaboración con nuestro aliado de la OTAN Turquía en el combate de la amenaza común del terrorismo", agregó el portavoz.

El ataque ocurrió en una calle del centro de Ankara, cerca del cuartel general de las Fuerzas Aéreas turcas, del Ministerio de Interior y del Parlamento.

El viceprimer ministro y portavoz del Ejecutivo islamista turco, Numan Kurtulmus, manifestó ante la prensa que el atentado constituye un "ataque contra toda la patria".

Varios analistas turcos, entrevistados por las cadenas de televisión, apuntaron como principal sospechoso a un comando del ilegal Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK).

Aunque la guerrilla suele actuar principalmente en el sureste del país, de mayoría de población kurda, la detonación de bombas al paso de convoyes militares es un método habitual del PKK.

El grupo volvió a la lucha armada en julio de 2015, tras romper una tregua y un proceso de paz que había durado más de dos años.

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