El alcalde de Santiago, Martiño Noriega, habló este martes con el Arzobispado para conocer más información sobre el caso de las monjas indias supuestamente retenidas en un convento de clausura de la ciudad, una situación que, en su opinión, se produce por una "colisión entre la jurisdicción eclesiástica y la jurisdicción civil".

En declaraciones a los medios, Noriega ha apuntado que ha abierto una "línea directa con el Arzobispado" para estar al tanto de este caso y que este martes habló telefónicamente con el arzobispo, Julián Barrio, y con el deán, Segundo Pérez.

De esta conversación, el regidor compostelano ha desprendido que este es "un caso en el que claramente colisionaron" ambas jurisdicciones. En este sentido, ha apuntado que "los canales de funcionamiento de una institución" como un convento de clausura imponen una "dispensa" para abandonar los votos". "En ese ámbito la jurisdicción civil es clara, no se puede retener a nadie contra su voluntad", ha dicho Noriega, para quien "la guía tiene que ser la jurisdicción civil".

Sobre este caso, Noriega ha apostado por "ser respetuosos" con la línea de investigación abierta sobre los hechos y ha instado a esperar "a ver como se depuran responsabilidades, en el caso de que existan".