Imagínense la escena. Documento a documento, uno a uno, varios agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil llevan ya varios días escaneando todos los papeles intervenidos en la 'operación Púnica', la última gran operación contra la corrupción llevada a cabo en España, que ha dejado, de momento, más de 50 detenidos e imputados, entre ellos el exsenador del PP y exvicepresidente de la Comunidad de Madrid Francisco Granados. Los agentes están haciendo esta meticulosa labor acompañados por un perito judicial de la Audiencia Nacional, para que todo sea legal y evitar así triquiñuelas jurídicas de los abogados de los arrestados. Es solo un ejemplo del ingente trabajo que desarrollan los guardias civiles destinados en la UCO para que uno de sus casos salga adelante.

La UCO acaba de cumplir 25 años. Sus 450 agentes se encargan de los casos más complicados, los que requieren más especialización. Da igual la tipología delictiva: homicidios, secuestros de ciudadanos españoles en el extranjero, dopaje, tráfico de drogas, falsificación de medicamentos, expolio de barcos naufragados o yacimientos arqueológicos, pornografía infantil, estafas, contrabando, tráfico de armas, de seres humanos... y la joya de la corona, lo más mediático, los casos de corrupción, la principal preocupación para el 64% de los españoles, según el último CIS de noviembre, que ha alcanzado su máximo histórico.

Uno de los departamentos de la UCO con más trabajo es el de Delincuencia Económica y Tecnológica, que tiene tres grupos y una unidad adscrita a la Fiscalía Anticorrupción. De esos cuatro grupos, dos de ellos (la Unidad adscrita a Anticorrupción y la de Delitos contra la Administración, renombrado así en 2013) combaten la corrupción. El grupo de Delitos contra la Administración cuenta a su vez con tres equipos y desde su creación ha investigado más de 120 casos, apoyado por los equipos de Policía Judicial que hay en las distintas Comandancias. En 2008 se investigaron los primeros cuatro casos; en 2009 se abrieron otros dos; en 2010 se iniciaron diez investigaciones más; en 2011 se duplicaron las pesquisas al comenzar otras 20; el salto cuantitativo se produjo en 2012, con 58 nuevos casos; y en 2013 llegaron otros 20 casos más. "No es cuestión de cifras ni de datos, sino de capacidad y de trabajo. Asumimos lo que podemos y debemos asumir", señala a 20minutos el comandante París, uno de los cinco agentes que fundaron la UCO en 1989.

Sin querer entrar en una guerra de cifras, la UCO ha tenido que potenciar los grupos de investigación de delincuencia económica, los que más preocupan a la ciudadanía. Son investigaciones complejas, que requieren una gran especialización y un trabajo concienzudo para analizar miles de contratos, documentos registrales, presupuestos... Para hacernos una idea, solo diez agentes llevaron en exclusiva (para evitar filtraciones) la 'operación Púnica', una investigación que se fraguó en diez meses. Desde junio de 2011, la UCO investiga la gran 'macrocausa' de los ERE fraudulentos tramitados por la Junta de Andalucía, que acumula más de 200 imputados y más de 300.000 folios de sumario ('operación Heracles'). Mientras, la UCO también se ha hecho cargo de la 'operación Cirene' que investiga también un fraude masivo en los cursos de formación para parados y trabajadores financiados con dinero público que supuestamente no se ha podido justificar. Y en toda esta vorágine, la UCO ha tenido tiempo de concluir la 'operación Enredadera', en la que se investiga el supuesto cobro de comisiones a cambio de la adjudicación de contratos públicos.

El comandante París, el más veterano, asegura que "jamás" ha recibido ningún tipo de presión política a la hora de investigar un caso. "Una investigación comienza por iniciativa propia, para apoyar a otras unidades o porque lo solicita un juez o un fiscal. No cabe la presión", señala. La UCO afirma que el trabajo bien hecho tiene sus resultados: cada uno de los agentes de los grupos de investigación de delincuencia económica recuperó de media en 2013 unos 15 millones de euros para el Estado. La UCO prefiere no decir cuántos agentes están destinados a estos grupos, aunque otras fuentes de la Benemérita señalan que son 75 solo en Madrid.

Todos los miembros de la UCO son voluntarios. Presentan su solicitud y pasan varias entrevistas, una de ellas con un psicólogo. Si el candidato cumple el perfil el puesto es suyo durante un año, periodo en el que está en comisión de servicios antes de consolidar la plaza. "Hay un alto porcentaje de licenciados y la edad media es de 35 años". El Grupo de Delitos contra la Administración tiene expertos en urbanismo, en contratación pública, en subvenciones... y sus agentes se reciclan continuamente con cursos en la Agencia Tributaria, en el Tribunal de Cuentas y en diversos Institutos Económicos. "Son los más especializados. Hacen lo que otros no puede hacer", señalan en la UCO, que incluso tienen un club de fans en Internet, alimentado por personal civil.

Lejos quedan ya los cinco agentes que empezaron poniendo en marcha la UCO en 1989, que subieron a 14 al mes siguiente. En los últimos cinco años, los cuatro departamentos en los que se organiza la UCO (Delincuencia Especializada y Drogas, Delincuencia Económica y Tecnológica, Delincuencia Organizada y Apoyo) han iniciado, de media, un centenar de operaciones anuales. Aunque ha sido la corrupción quien ha colocado a la UCO en el epicentro del interés mediático, esta unidad especializada tiene en su haber numerosos éxitos policiales: la liberación de la farmacéutica de Olot; la investigación del crimen de las niñas de Alcásser; la detención del atracador de bancos 'El solitario'; la recuperación del Códice del Apocalipsis del Beato de Liébana, valorado en 18 millones de euros; la resolución del crimen del alcalde de Fago, o la recuperación de las 285.453 monedas, 67.589 bloques de monedas y 2.797 fragmentos de monedas que la empresa estadounidense 'Odissey' había extraído del pecio español Nuestra Señora de Las Mercedes.

Entre sus éxitos más recientes, la desarticulación del clan Polverino de la Camorra en España y la reciente liberación en Bolivia de la menor secuestrada en Barcelona, en la que los agentes de la UCO tuvieron que negociar con los jefes que controlan las plantaciones de cocaína en la selva amazónica para conseguir su regreso a España. "Las cosas nos van bien. Tenemos más del 90% de éxito en las operaciones que empezamos", concluye el comandante París.