La presentadora de televisión Mariló Montero defendió la necesidad de lograr un pacto de Estado para que los derechos de las mujeres sean iguales a los de los hombres e "indiscutibles". Así lo aseguró durante la presentación en el Club Siglo XXI de su libro El corazón de las mujeres no tiene reglas, en la que también intervinieron los expresidentes de la Comunidad de Madrid Joaquín Leguina y Esperanza Aguirre.

Mariló explicó que invitó a estos dos políticos porque cree que "el derecho de la mujer es una cosa de ambos sexos". La presentadora de La Mañana de La 1, de TVE, instó a los partidos políticos a alcanzar un pacto de Estado para defender la igualdad de los derechos de las mujeres y de los hombres. En este sentido, manifestó que su libro no está escrito ni desde una perspectiva feminista ni machista, sino que aboga por la igualdad entre hombres y mujeres.

La periodista expresó también su "profunda preocupación" por el "encasillamiento de las mujeres dentro de lo políticamente correcto", lo que, a su juicio, es un "paso hacia atrás". "Lucho por que todos seamos políticamente incorrectos, porque es lo único que nos va a llevar a que cada uno pueda expresar su opinión", añadió.

En su libro, la presentadora de televisión repasa "pequeñas historias de grandes mujeres" para explicar el "universo femenino". Entre las mujeres que aparecen en el libro, hay muchas que son anónimas, pero también otras conocidas públicamente, como las reinas Letizia y Sofía; Estrella Morente; Irene Villa, Ingrid Betancourt, entre otras.

Mariló Montero estuvo arropada en la presentación por sus dos hijos, Rocío y Alberto, fruto de su matrimonio con el también periodista Carlos Herrera. La presentadora de La Mañana de La 1 habló de ellos con gran orgullo al término del acto.

Montero se quejó del tratamiento que recibe en algunos medios de comunicación porque "llevo 30 años de carrera y parece que estoy empezando ahora a trabajar, y me parece que hay una falta de respeto hacia mi nombre y hacia mi historia", aseguraba la presentadora, que denunciaba que se le trata "de metepatas, se me trata de inculta, y esas cosas no son ciertas".

"Aunque no estoy en la primera fila de la política activa, sí que estoy en la primera fila a la hora de recibir bofetadas", se quejaba.

Sin embargo, la presentadora no mostró ningún complejo al afirmar que siente que está "para comerme, estoy en segundo de soltería y muy feliz" y afirmaba que hay que disfrutar "de tu cuerpo, de tu piel y de tu sexualidad.

No dudó en defender a su cadena al asegurar que no hay manipulación en el ente público: "En TVE se está informando al milímetro de todos los partidos políticos, los informativos de TVE son modélicos de la televisión pública", dijo, a la par que se quejó porque "TVE trabaja con 274 millones menos de euros sin poder comprar ni series, no culebrones, ni programas de prime time, ni hacer producciones propias, ni compradas...".

También habló sobre su compañera de cadena María Casado y el incidente que hizo que llorara en directo: "María lloró por sensibilidad, no le gritó nadie por el pinganillo, ello lo ha dicho que eso no es cierto. María Casado lloró porque pasaron un mal rato las dos y ya está, eso se vio".

Contó también su experiencia al conocer al "pequeño Nicolás" cuando coincidió con él en el espacio de Telecinco Un tiempo nuevo. "Me preguntó [si le creía] en publicidad y le dije que no, porque no has contado nada concreto durante esta hora y media de entrevista, yo quiero ver pruebas, le dije creo que eres un becario muy listo, puede que superdotado, pero tienes aires de grandeza", cuenta.