Hace aproximadamente un año alguien pintó la palabra 'farlopa' sobre el muro trasero de la iglesia de San Francisco el Grande, en el parque de la Cornisa. Con el paso del tiempo, otros grafiteros fueron añadiendo sus firmas al mural. Ahora, un año después, esas pintadas continúan ensuciando este edificio protegido, a pesar de que el contrato de limpieza pública del Ayuntamiento de Madrid obliga a las empresas adjudicatarias a borrar las pintadas del distrito Centro en un plazo máximo de un mes.

El caso de San Francisco el Grande es especialmente significativo por su carácter de edificio protegido. Pero es solo uno más de los muchos grafitis que manchan durante meses las paredes del centro de la capital, tal y como denuncian vecinos y trabajadores de limpieza. Por poner unos pocos ejemplos, comprobados por 20minutos.es, lo mismo ocurre en los muros traseros de la iglesia de San José (Gran Vía), en prácticamente todas las calles de los barrios de Chueca o Lavapiés, en el lienzo de un muro de Ronda de Segovia o en los edificios que rodean la plaza de los Cubos. Todos estos puntos siguen conservando la firma de los grafiteros sin que ninguna de las empresas encargadas de la limpieza se acerque para retirarlas.

El pliego de prescripciones técnicas del contrato integral de limpieza urbana y conservación de parques establece un plazo máximo para eliminar las pintadas en fachadas, muros y pavimentos: "La limpieza debe realizarse [...] para obtener la mejor calidad visual posible y como mínimo una vez cada dos meses, excepto en el distrito Centro, que será cada mes debido a su especial incidencia en la imagen de la ciudad", según el texto municipal, que impone las condiciones del contrato a las empresas.

Como medida de gracia, el Ayuntamiento concedió "un periodo de transición de un año hasta la puesta al día del ámbito del contrato en cuanto a limpieza de pintadas". Sin embargo, ese periodo se cumplió el pasado mes de agosto (dado que el contrato entró en vigor el 1 de agosto de 2013) y desde entonces han pasado ya casi tres meses sin que los grafitis hayan desaparecido.

"Es evidente que no se está cumpliendo el plazo en absoluto", asegura Karim Riabi, representante del área de Saneamiento Urbano en CC OO. "Las únicas pintadas que se limpian dentro de plazo, incluso al instante, son las que contienen alusiones que molestan al Ayuntamiento o las que hablan sobre Ana Botella. También se eliminan con mayor frecuencia los grafitis de las grandes avenidas y zonas turísticas del centro, pero en las calles interiores se van dejando. Por ejemplo, las zonas de Ballesta o de Lavapiés no parecen prioritarias. Pero esto no solo ocurre con los grafitis: la limpieza de Madrid en general solo se centra en las calles escaparate", recuerda Riabi.

Otros trabajadores de la limpieza comparten la misma visión. "Las pintadas no se borran con regularidad. Hay unos 30 equipos de limpieza de pintadas, pero no dan abasto. El plazo impuesto por el Ayuntamiento es incumplible, es un fraude en sí mismo", añade Juan Carlos del Río, representante de Limpieza en UGT. Además de Centro, otros distritos donde hay una elevada concentración de pintadas son Moncloa, Puente de Vallecas y Arganzuela, según datos del área municipal de Medio Ambiente.

Los vecinos también consideran que la limpieza de grafitis se ha resentido con el nuevo contrato. "Se ha notado mucho la ausencia de limpieza, sobre todo en esta última época las paredes permanecen manchadas durante mucho tiempo. Además, a estos recortes se suma que están proliferando las pintadas de carácter reivindicativo, con lo que el volumen de grafitis es mayor", denuncia Javier Espinosa, responsable de Medio Ambiente en la Federación de Asociaciones de Vecinos (Fravm). En su opinión, "la disminución de personal ha significado que les sea imposible realizar las tareas que tienen previstas en el contrato. Ni siquiera llamando al 010 acuden a limpiar", añade.

El Ayuntamiento tiene la obligación de detectar las pintadas y, una vez pasado el plazo, revisar si se han borrado, tal y como se recoge en el contrato del servicio. "Los servicios municipales detectarán pintadas en la calle, de las que tomarán una fotografía indicando la fecha y la localización de la misma. Al cabo del tiempo establecido en el pliego se repetirá la visita de inspección y se comprobará si la pintada ha sido eliminada correctamente".

En caso de que no se hayan retirado los grafitis, la empresa adjudicataria se expone a una sanción por incumplimiento de los indicadores de calidad. El Ayuntamiento asegura que descuenta parte del dinero a las empresas, aunque no detalla la cuantía de las sanciones impuestas por este motivo durante los últimos meses. Tampoco ofrecen datos sobre el coste que la limpieza de grafitis supone para las arcas municipales.

Parque de la Cornisa

Calle Santo Tomé (Chueca)

Calle Santiago el Verde (Lavapiés)

Plaza de los Cubos