La viuda de 'El Chino': "Desde octubre de 2003 estaba muy rarito"

  • La testigo protegida fue esposa de Jamal Ahmidán, 'El Chino'.
  • La testigo ha declarado que, en los últimos tiempos, no conocía con quién se relacionaba su marido.
  • 'El Chino' no durmió en casa la víspera de los atentados.
  • La esposa de Jamal Ahmidán ha relatado los cambios de personalidad desde su vuelta de Marruecos.
Era la testigo más esperada en toda la sesión. De nombre Rosa, pero identificada con
el número R-22, es la viuda de Jamal Ahmidan, uno de los suicidas de Leganés, y señalado por las investigaciones como el cabecilla del grupo terrorista que cometió los atentados del 11 de marzo de 2004.

Su identidad fue revelada cuando concedió una entrevista al diario El País : "Sé lo que ha hecho, pero sigo enamorada", aseguraba en esa entrevista Rosa, que tuvo un hijo con él.

La declaración se ha iniciado con más de una hora de retraso.

Relato de la relación Entre lagrimas, comenzaba su declaración, aunque con las primeras preguntas de la fiscal Olga Sánchez se ha empezado a tranquilizar.

"Conocí a Jamal en el año 92 (...) Desde el año 95 al 2000 le veía alguna vez. Desde el año 2000 dejé de verle porque estaba preso en Marruecos. Volví a verlo en 2003, a mitad de verano"

"Desde esa fecha volvimos a vivir juntos, cuando estaba, porque viajaba mucho", ha asegurado la testigo.

"Según me dijo se dedicaba a comprar coches y bajarlos de Alemania", ha añadido la testigo, que poco después, a preguntas de la fiscal, reconocía que Jamal Ahmidan siempre iba con documentación falsa a nombre de Youssef Bensallah.

La testigo ha asegurado que nunca vio que su marido manejara armas ni que tuviera conocimientos de explosivos. "A mi no me contaba nada", ha contestado a varias preguntas sobre las actividades delictivas de su esposo.

Los cambios de actitud

"Él siempre manifestó que lo había dejado [de traficar]", ha asegurado la testigo, que en un principio no notó que Jamal Ahmidan hubiera cambiado después de volver de Marruecos.

Ponía impedimentos con el colegio del niño, quería que lo cambiara del colegio de monjas y que lo llevara a la mezquita
La testigo ha narrado como recibió una llamada de su marido desde la cárcel de Marruecos en la que le echaba en cara que
España participara en la guerra de Iraq y que la gente no hiciera nada. "Yo le dije que España era una democracia y que no íbamos a coger una metralleta como hacían ellos. "

Fue ya en el mes de octubre cuando "lo empecé a ver algo rarito" ha asegurado la esposa de El Chino. "No me dejaba vestir igual, y decía 'me voy a la mezquita', y a poner impedimentos con la ropa (...) dejamos de cogernos de la mano por la calle, de besarnos (...) Ponía impedimentos con el colegio del niño, quería que lo cambiara del colegio de monjas y que lo llevara a la mezquita".

La testigo ha asegurado que su marido pasaba poco tiempo en casa: "La mayoría del tiempo decía que estaba en la casa de Morata (...) una vez dijo que se fue a Bilbao y otra a Ibiza, pero casi siempre a Morata", ha asegurado la testigo.

"Los chicos" de la finca de Morata

"Fui con él la primera vez en noviembre, cuando la había comprado", ha relatado la testigo. "Quería vivir con animales, retirado, tranquilo".

No lo hacía gracia a Serhane el Tunecino que estuviera conmigo
En febrero de 2004, "mucho antes de los atentados", fue con su hermana a la finca pero "Jamal no nos dejó entrar porque estaban los chicos rezando y que no quería que nos vieran".

La testigo protegido ha dicho que su hijo si que llegó a ver a "los chicos" que se dedicaban a levantar un segundo piso de la casa de la finca.

De ellos, la testigo solo conocía solo conocía a los hermanos Kounja y al primo de el Chino .

"Una vez levantó el segundo piso, se llevó a los chicos a vivir allí (...) me dijo que estaban poniendo la madera del parqué y el suelo", ha relatado Rosa.

Rosa ha descrito a su marido como una persona con capacidad de liderazgo, pero que no se dejaba influir por nadie: "A Serhane [el Tunecino] le hacía gracia que estuviera conmigo. Ha tenido broncas con él por ir a hablar al colegio del niño con la tutora (...) yo nunca lo vi, pero sabía que era él", ha asegurado la testigo, para luego añadir que "él no quería que Jamal estuviera con una cristiana"

"De sus actuales amigos yo no conocí a ninguno", ha asegurado la testigo protegida.

Viajes a Asturias y el día de los atentados

La testigo R -22 ha asegurado que su marido viajó a finales de febrero de 2004 a Asturias: "Él siempre decía me voy, no hablaba en plural ni decía que se iba con alguien".

Me dijo que quería estar solo porque había muerto mucha gente en los atentados
La fiscal le ha recordado la declaración para precisar que
entre el 28 de febrero y el 3 de marzo estuvo ausente de su casa.

La testigo ha narrado como la víspera de los atentados, El Chino no durmió en casa. "El día de los atentados recibí una llamada de Jamal desde el teléfono fijo de mi casa a mi móvil (...) me preguntó donde estábamos y si estábamos todos bien", ha añadido la testigo.

Tras decirle que se iba a Francia, la testigo lo llamó después de la manifestación del 12 de marzo. En esa llamada, Jamal Ahmidan le dijo que había decido quedadarse por el norte. La fiscal le ha recordado la declaración anterior en la que la testigo aseguró que Jamal le dijo que quería estar a solas "porque había muerto mucha gente en los atentados".

Después de los atentados

Le pregunté si había vuelto a trapichear, y que no era justo porque estábamos de por medio yo y el niño
El 19 de marzo, según ha relatado la testigo, fueron
a celebrar el día del padre junto a Jamal Ahmidan y parte de la familia de Rosa en la finca de Morata, donde habían cambiado todo el suelo, pero la casa "estaba muy sucia (...) y la cocina hecha un desastre."

"Al volver esa noche a casa fue la última vez que lo ví (...) le pregunté si había vuelto a trapichear, y que no era justo porque estábamos de por medio yo y el niño. Me dijo que no preocupara (...) Hasta que a mi no me detienen yo no sabía nada", ha declarado la testigo protegido.

Unos días más tarde, según ha relatado la testigo, Jamal Ahmidan la llamó alertando de la presencia de un coche rojo a la puerta de su casa: "Me dijo que no le gustaba ni un pelo ese coche, y que por eso no paró en casa (...) me dijo que todo tenía que ver por haberse escapado de extranjería (...) y que si llegaba la policía tenía que decir que era Jamal Ahmidan y que no dijera nada de Youssef Bensallah [la identidad falsa que usaba]".

En esa llamada, según ha relatado la testigo, Jamal Ahmidan le pidió una bolsa con ropa para que se la entregara a su hermana Mustafá. "Me dijo que él sabía que iban a ir a por todos los moros", ha añadido la testigo.

"Desde el día que me detienen [el 26 de marzo] hasta el día 3 de abril no volví a hablar con él", ha asegurado la testigo.

La testigo protegido ha declarado que reconoció a su marido como la persona que leyó el vídeo reivindicativo encontrado en Leganés: "Lo reconocí por la voz y por las manos".

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